Una historia de causa y efecto-Xu Yun



Esta historia concierne al Maestro Chan Bai Zhang quien en efecto pudo liberar un salvaje espíritu-zorro. ¡Muy pocas personas son capaces de hacer esto!


Parece ser que una noche, después de que una reunión Chan hubiera terminado y todos sus discípulos se hubieran retirado, el Maestro Bai Zhang se dio cuenta de que un anciano permane cía fuera de la Sala de Meditación.
Bai Zhang se acercó al hombre y le preguntó, "Dígame, señor, ¿a quién o qué está buscando?"
El anciano respondió, "No, no 'señor'. No soy en absoluto un ser humano. Soy un zorro salvaje que simplemente habita el cuerpo de un hombre."
Bai Zhang naturalmente se quedó sorprendido y curioso. "¿Cómo adquiriste esta condición?", preguntó.

El anciano hombre-zorro explicó, "Hace quinientos años, era el monje prior de este monasterio. Un día, un joven monje se acercó y me preguntó, '¿Cuando un hombre consigue la iluminación sigue sujeto a Ley de la Causalidad?' y atrevidamente le contesté, 'No, está exento de la Ley.' Mi castigo por esta falsa y arrogante respuesta fue que mi espíritu se cambió por el espíritu de un zorro salvaje, y por eso corrí a las montañas.
Como hombre-zorro no puedo morir, y mientras persista mi ignorancia debo continuar viviendo en esta desdichada condición. Durante quinientos años he estado paseando por el bosque en busca del conocimiento liberador. Maestro, le suplico que se apiade de mí y me ilumine a la verdad."

El Maestro Bai Zhang le habló amablemente al hombre-zorro. "Hazme la pregunta que el joven monje te hizo, y obtendrás la respuesta correcta."
El hombre-zorro obedeció. "Maestro, deseo preguntarle esto: ¿Cuándo un hombre alcanza la iluminación está sujeto a la Ley de la Causalidad?"

Bai Zhang respondió, "Sí. Nunca está exento de la Ley. Nunca podrá cerrar sus ojos a las posibilidades de la causa y el efecto. Debe seguir atento a todas sus acciones pasadas y futuras."

De repente el anciano hombre-zorro obtuvo la iluminación y quedó libre. Se postró ante el maestro y le agradeció profusamente, "¡Al fin – dijo- estoy liberado!"

Entonces, cuando se estaba marchando, se volvió y le preguntó a Bai Zhang, "Maestro, ya que soy un monje, ¿podría concederme amablemente los ritos funerarios usuales para un monje? Vivo cerca, en una guarida en la montaña que hay detrás del monasterio, ahora iré allí para morir."

Bai Zhang aceptó, y al día siguiente fue a la montaña y encontró la guarida. Pero en vez de encontrar allí un viejo monje, Bai Zhang solo vio un bulto en el barroso suelo de la guarida. Tanteó el bulto con su bastón y descubrió ¡un zorro muerto!
Bueno, ¡una promesa es una promesa! El Maestro Bai Zhang condujo los ritos funerarios acostumbrados para un monje sobre el cuerpo del zorro. Todo el mundo pensó que Bai Zhang estaba loco, especialmente cuando condujo una solemne procesión funeral... con un ¡zorro muerto en el féretro!

De ese modo pueden ver, queridos amigos, que incluso haber alcanzado la Budeidad no libra a uno de la Ley de la Causalidad. Si incluso el Buda pudo sufrir un dolor de cabeza por haber sido cruel con un pez, qué gran necesidad tenemos de seguir atentos al principio de que un acto nocivo, más tarde o más temprano, nos traerá una retribución nociva. ¡Sean cuidadosos en lo que dicen y hacen! ¡No se arriesguen a convertirse en el espíritu de un zorro!


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