Nada que comprender, nada que obtener -DOKUSHO VlLLALBA



En el Zen no hay nada que comprender, nada que obtener.
Nuestra vida de cada día transcurre más allá de nuestra propia comprensión o incomprensión, independientemente de lo que poseamos, o de lo que no poseamos.

El Zen nos invita a sumergirnos en esta corriente vital con el fin de que podamos evolucionar en ella como el pez en el agua, libres y felices.


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Buenos deseos - Milarepa


Que los rayos nunca te golpeen,
que yo no sea atrapado en cepos,
que inspirados en el dharma
nos encontremos pronto nuevamente
en prosperidad y gracia.

Abajo, en el río Tsang,
nada un pez de ojos dorados,
sus encuentros y sus partidas
marcan el cambio del tiempo;
arroyo querido, sé bueno y sano, porque yo,
el pez, me voy al Ganges, por diversión.
Que los irrigadores nunca te sequen,
que los pescadores nunca te enreden,
que inspirados en el dharma
pronto nos encontremos nuevamente
en prosperidad y gracia.

En el jardín encantado florece la flor halo,
girando a su alrededor está la abeja persa,
sus encuentros y partidas
marcan el cambio del tiempo;
querida flor, sé buena y sana, que yo
veré florecer el Ganges, por placer.
Que el granizo no golpee sobre ti,
que los vientos no soplen arrastrándote,
que inspirados en el dharma
pronto nos encontremos nuevamente
en prosperidad y gracia.

Rodeando al yogui Milarepa
están los patronos de Nya Non,
                                   sus encuentros y partidas                            
marcan el cambio del tiempo;
sean buenos y sanos, queridos patronos, pues yo
me voy a las distantes montañas, por diversión.
Que yo, el yogui, haga buenos progresos,
y ustedes, patronos, vivan largamente,
que inspirados en el dharma
pronto nos reunamos nuevamente
en prosperidad y gracia.

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Absolutamente perfecto -Sri Nisargadatta Maharaj


Esperando, sólo obtienes más espera. La perfección absoluta es aquí y ahora, no en algún futuro, próximo o lejano.

El secreto está en la acción, aquí y ahora.

Es tu comportamiento el que te ata a ti mismo. Descarta todo lo que piensas sobre ti y actúa como si fueras absolutamente perfecto, sea cual sea la idea que puedas tener de la perfección. Lo único que necesitas es coraje.

Mi gracia es el decirte ahora: mira en tu interior. Tienes todo lo que necesitas. Utilízalo. Compórtate como mejor sepas, haz lo que crees que deberías hacer. No temas equivocarte; siempre podrás corregir tus errores. La intención es lo único que importa. El rumbo que toman las cosas no está en tu poder; sólo las motivaciones de tus actos.

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Signos del progreso espiritual- Sri Swami Sivananda



¿Cuáles son los signos del progreso espiritual? ¿Cómo puedo yo saber si he avanzado o no en el sendero espiritual?

 
Paz, alegría, satisfacción, desapego, valor y un estado de ánimo inalterable bajo toda circunstancia indican que estás avanzando en el sendero espiritual.

El progreso espiritual no es medido por los Siddhis o poderes sino solamente por la profundidad de tu dicha en meditación.

Las siguientes son pruebas seguras de tu progreso espiritual:


Para alcanzar claridad y estabilidad mental -Jorge García Montaño



Para alcanzar la claridad y la estabilidad mental se requiere estar consciente de las cinco imperfecciones de la meditación a fin de no incurrir en ellas:

              1)  Una actitud letárgica ante la meditación.
              2)  El olvido del objeto de meditación.
              3)  Las constantes interrupciones que llevan a la mente a la pereza o a la agitación a causa de los deseos que se experimentan en ese momento.
              4)  La incapacidad para impedir que sucedan esas interrupciones.
              5) La dispersión como producto de la  imaginación y la adopción de medidas inadecuadas para enfrentarla.

Ahora bien, conviene saber que la meditación tiene diferentes grados o niveles; tradicionalmente se habla de nueve estadios que describe el Dalai Lama de la siguiente manera:

         1.  Dirigir la mente al objeto seleccionado para la concentración.
         2.  Ejercer un esfuerzo continuo sobre el objeto.
         3.  Tener la capacidad de percibir de modo inmediato cualquier distracción mental, para reducirla inmediatamente.
         4.  Poseer una visión nítida del objeto que está siendo el foco de la meditación, a fin de  distinguir hasta sus más pequeños detalles.
         5.  Fortalecer el acto de concentración para que la mente asimile los beneficios de la meditación.
         6.  Expulsar cualquier pensamiento y emoción que se oponga a la meditación, por ejemplo, indolencia, distracción, recuerdos  y esperanzas.
          7. Mantener con perseverancia la ecuanimidad, para que no haya preocupaciones.
          8. Evitar todo tipo de distracciones, dedicando todos nuestros esfuerzos a la meditación.
          9. El último estadio se logra cuando el meditador ya no requiere recurrir a ninguna técnica o acción para continuar con su meditación.
         

Para desarrollar con éxito los nueve niveles se requiere
el auxilio  de facultades complementarias del adiestramiento práctico budista de la concentración y de la meditación. Las facultades auxiliares son, entre otras:

auditiva (mantras, cantos, música o inclusive el canto de los pájaros);
reflexiva (por ejemplo, estar convencidos de que la meditación es benéfica y saludable);
memorística (tener claro en qué estadio meditativo estamos);
conciencia (debe estar abierta, lúcida y sensible a toda experiencia);
energía mental (enfocada si hay distracción y suelta si ya hay estabilización mental) y, por último,
la facultad de perfección (ir mejorando gradualmente la calidad meditativa).

Igualmente, el logro de los nueve niveles de meditación requiere un equilibrio efectivo entre la meditación de concentración o calma estabilizada de la mente y la meditación analítica. Por medio de la primera se llega a comprender la naturaleza real de los cinco agregados que constituyen al ser humano  (cuerpo, sensaciones, percepciones, volición y conciencia); aquí la concentración unidireccional, o enfocada a un objeto, ayuda a la comprensión de los objetos y fenómenos. En torno a este punto, el Dalai Lama afirma que “Demasiado análisis perjudica la concentración y una  concentración excesiva aleja al meditante de la sabiduría analítica. La práctica (meditativa) es una mezcla  armoniosa de los dos tipos de meditación”.

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El secreto más básico del zen -Osho

                         
Soltar.


La vida se manifiesta a sí misma cuando no te agarras a ella, cuando no te apegas, cuando no acaparas, cuando no res miserable. Cuando estás suelto y dispuesto a soltar, cuando no cierras el puño, cuando tienes la mano abierta.
La vida se revela a sí misma llanamente cuando no te agarras a ella ni de sentimiento ni de pensamiento.


Desapego, ése es el secreto, todo el secreto, todo un arte. Todo lo que se guarda acaba estropeándose, todo.
Acumula algo y lo matarás, acumula y se ranciará. La razón es que todo lo que es importante, vivo y en movimiento, es momentáneo.
Al acumularlo pretendes convertirlo en permanente. Amas a una mujer, amas a un hombre, y quieres poseerlo, o poseerle, quieres que sea permanente. Inténtalo. Es momentáneo, pero si vives el momento soltando por completo, entonces es eterno. Un momento vivido por completo, en un estado mental relajado, es la eternidad.  Pero no vives en el momento y no sabes qué es la eternidad, por ello quieres convertirlo en permanente. Quieres que también dure mañana, y al día siguiente, también al año siguiente, y tal vez en la próxima vida. Quieres acumularlo.



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