En el Zen no hay nada que comprender, nada que obtener.
Nuestra vida de cada día transcurre más allá de nuestra propia comprensión o incomprensión, independientemente de lo que poseamos, o de lo que no poseamos.
Nuestra vida de cada día transcurre más allá de nuestra propia comprensión o incomprensión, independientemente de lo que poseamos, o de lo que no poseamos.
El Zen nos invita a sumergirnos en esta corriente vital con el fin de que podamos evolucionar en ella como el pez en el agua, libres y felices.
-
No hay comentarios:
Publicar un comentario