No escuchar - Lao Tsé


Hablar es una manera de expresarse con los demás, escuchar es una manera de comprender a los demás en uno mismo. Las personas que son ciegas y sordas no pueden experimentar esto, así que hay cosas que no conocen. Pero la ceguera y la sordera no son exclusiva­mente estados físicos; la mente también tiene estos impedimentos. Nadie sabe cómo superarlos; esto es como ser ciego y sordo.

Aquí se halla el cómo el Camino es la fuente: todo lo que tiene forma ha nacido allí dentro, y al igual que unos padres está cerrado; la energía del alimento tiene su vida allí dentro, y al igual que un gobernante es en efecto generoso; todo conocimiento se aprende de él, y al igual que un maestro es en efecto brillante.

Todo el mundo perjudica lo que es útil mediante lo que es inútil; ésta es la razón por la que su conoci­miento es estrecho y sus días no son bastantes. Si utili­zaran sus días de ocio para investigar en el Camino, su escucha y su vista se profundizarían.

No escuchar y no investigar es como ser ciego y sordo en compañía de los demás.




No resistencia al guru- Sri Nisargadatta Maharaj



Un Gurú nunca abandonará. Pero, para triunfar, no debe encontrar demasiada resistencia. La duda y la desobediencia necesariamente ocasionan retrasos.
Dadas la confianza y la docilidad, puede llevar a cabo un cambio radical en el discípulo rápidamente.
Conocimiento profundo en el Gurú y seriedad en el discípulo, ambos son necesarios.

Los más difíciles son los intelectuales. Hablan mucho, pero no son serios.


Despierta siendo una luz para ti mismo - Goyo




¿Qué crees que pasaría si de repente no tuvieras deseos de nada, no quisieras cambiar nada de lo que está sucediendo en tu propia vida o en el mundo, y permanecieras atento a lo que ocurre?

En nuestro cerebro hay un ser que nos está diciendo continuamente lo que tenemos o no tenemos que hacer, lo que nos gusta y lo que no nos gusta tanto, lo que perseguimos y lo que no queremos encontrar, y vamos por la vida buscando cosas, esperando que sucedan cosas, deseando que se cumplan nuestras ilusiones y encontremos paz y felicidad.

En el supuesto caso que no tengamos trabajo, que es principalmente una cuestión de supervivencia,  la actividad del cerebro es todavía mayor en cuanto a lo que tenemos o no tenemos que hacer, y surgen temores, y vamos por la vida tratando de encontrar una oportunidad en cualquier situación que surge.

Quizás nunca se nos ha ocurrido hacer el ejercicio de pararnos mentalmente o psicológicamente. Hay personas que hacen meditación, se van una hora a una sala donde no se sabe muy bien que hay que hacer aunque no haya que hacer nada y creen estar haciendo algo diferente a lo que normalmente hacen. En ese contexto meditar es una actividad más, es un deseo más con un aspecto diferente, es una ocupación.

De repente uno se sienta en el sillón de casa, en el poyete del patio, en una piedra en el monte o al lado del río, y deja mentalmente que sucedan las cosas. Eso significa que en lugar de decirle a la vida lo que hay que hacer uno se deja llevar hasta que la vida le dice a uno lo que hay que hacer. Esto puede sonar un poco ridículo o con cierta falta de sensatez, pero si no intentamos hacer algo creativo quizás nuestro destino ya esté escrito hace mucho tiempo.

Cuando los deseos se paran, se esfuman en el aire, surge algo que está más allá del tiempo. Ahora no se trata de eliminar los deseos ni nada por el estilo, simplemente se está proponiendo hacer el ejercicio de imaginar por un momento, que puede ser más o menos largo dependiendo de lo que uno quiera probar, que no hay deseos, que todo está como debe estar y que uno no tiene nada que hacer en esta vida salvo observar esperando que la vida te diga lo que has de hacer y en esa espera simplemente mirar lo que sucede o lo que se siente o lo que pase sin pensar que tiene que pasar algo concreto o que se debe mirar de una forma determinada.

Este ejercicio o actitud se podría expresar como movimiento psicológico cero, o libertad de movimiento total, es decir, no hay deseo y por consiguiente lo que uno haga está bien hecho siempre que no sea por deseo personal.

Si uno se acuerda que tiene que ir al médico pues va al médico, si uno recibe una llamada por teléfono pues coge el teléfono, si es la hora de comer y uno tiene que hacer la comida pues la hace. No se trata de no hacer lo que inevitablemente hay que hacer sino de no hacer lo que queremos hacer, de dejar a un lado nuestra identificación, nuestros intereses, y dar pie a crear un espacio de observación amplio y ver como transcurre la vida sin nuestro protagonismo.

¿Quién sería capaz de realizar este pequeño e inocente ejercicio y ver qué sucede en un rato, en un día o en una semana? A veces da la sensación que comprendemos cosas pero que nunca damos un paso en firme que nos haga transformarnos. Podemos llegar a ver hechos que estaban ocultos para nuestros ojos y en lugar de permanecer con ellos lo que hacemos es convertirlos en ideas y desde ahí nos conducimos. La observación de los hechos, el encuentro con la realidad, debería transformar nuestras vidas pero lo cierto es que no es así.

Necesitamos liberar energía que está ocupada en nuestra vida personal a través de las responsabilidades, ocupaciones o a través de los deseos y dejar que dicha energía libre tenga su efecto sobre nosotros.

Supongo que no es fácil compartir con otra persona un espacio de libertad donde ambas confluyen y se encuentran sin un propósito determinado más allá de crear el momento que un instante antes no existía.

Crear es una bella palabra cuyo significado es nacer. No solo nacen bebes, también nacen momentos, y también nacen palabras en el aire que pueden viajar más allá del tiempo y el espacio. Crear también es morir, dejar de existir para siempre, y ello encierra una hermosura indescriptible como un sueño eterno de donde jamás se regresará.

No somos creadores y a lo sumo somos creativos o imitadores. Estamos como acomplejados, sin inocencia, y no nos permitimos crear un instante, volar como palomas, flotar en el aire, atravesar con la mirada a otro ser humano y llegar a su alma perdida en un rincón del universo. A veces siento el viento acariciar mi piel desnuda y de repente soy el mismo viento cursando los cielos, atravesando bosques, acariciando las hojas mientras se precipitan al suelo y silbar entre las ramas del viejo roble.

Una cosa es la imaginación y otra muy diferente es la creación. Imaginando que un día cambiarán las cosas vamos envejeciendo, pero cuando creamos vivimos y somos la expresión de la vida en movimiento.

¿No te gustaría crear algo, crearte a ti mismo y surgir de la nada como una luz verde esmeralda capaz de tocar el corazón humano sin que la vieran y sin que supieran de su existencia?

Cada trocito de vida puede ser una preciosa joya si tú mismo eres el creador de ella, pero para que ello suceda no puede haber deseos, ni complejos, ni imaginaciones y no perder de vista que eres ese movimiento donde la relación nace.

¿Qué más te puedo ofrecer que sea limpio y sincero? He ido hasta los confines del universo para encontrar esta invisible luz que se ha derramado en forma de palabras y para que en esta vida de sueños despertemos siendo una luz para nosotros mismos.



El resentimiento - Shunryu Suzuki



El resentimiento consiste en repetir, una y otra vez, un sentimiento persistente, doloroso provocado por un acontecimiento impactante, a base de hacer presente el pasado.

No tiene sentido tener resentimiento hacia uno mismo, ni hacia nada, ni hacia nadie que esté manejado por un Yo (esencialmente inexistente).
Uno puede observarlo y se liberará del resentimiento con la Práctica. Si le estamos viendo, podemos ya liberarnos, porque se disuelve el apego.

Aún si el sentimiento es condicionado y depende del Yo conduce a una realización efectiva: tenemos ganas de llorar, lloramos y nada más, sin los añadidos sentimentales que el Ego puede introducir en un acontecimiento como pueda ser la muerte de algún amigo querido. Sin novela.

Si el sentimiento está vacío de causa egótica, cabría decir incluso que se puede llegar a agredir a alguien, sin sentimiento de venganza. Caso de la defensa propia. Los animales se matan y comen y no dependen de sentimientos, rencores, venganzas... como los humanos.

Resulta difícil ver, sin intención, que se daña a otro. Uno no puede prolongarse en la mente del otro. Resulta discutible comprobar cuáles son las justificaciones de cada uno, porque no tienen la misma significación en el nivel superficial porque en el profundo, no hay interpretaciones, valoraciones ni juicios. En el nivel superficial de la mente, si hay juicios, valoraciones, interpretaciones...







El hombre de la montaña - Osho



Érase una vez que había un hombre sobre una elevada montaña.
Tres viajeros, que pasaban a lo lejos, se fijaron en él...
Tres viajeros, que pasaban a lo lejos, se fijaron en él y empezaron a discutir sobre él.
Uno dijo:
-Probablemente ha perdido a su animal favorito.
-No, lo más seguro es que ande buscando a un amigo –terció otro.
-Está ahí arriba para disfrutar del aire puro –dijo el tercero.
Los tres viajeros no pudieron ponerse de acuerdo y continuaron discutiendo...
Y continuaron discutiendo hasta el momento en que llegaron a lo alto de la montaña.
Cuando llegaron junto al hombre que se hallaba allí, dejaron de discutir.
Uno de ellos preguntó:
-Amigo que estás encima de esta montaña, ¿has perdido a tu animal favorito?
-No, señor, no lo he perdido.
El segundo también preguntó:
-¿Has perdido algún amigo?
-No, señor, tampoco he perdido amigo alguno.
El tercero aventuró:
-¿Estás aquí sólo para disfrutar del aire puro?
-¿Entonces qué estás haciendo aquí, ya que has respondido negativamente a todas nuestras preguntas?


La felicidad - Swami Tilak



Si estamos en un cuarto oscuro y decimos que no hay luz 
es porque alguna vez hemos visto la luz. 
Algo parecido ocurre con la felicidad.

Inevitable - Sri Ma Anandamayi




Pregunta:
Ma, me es difícil sacar tiempo para el namajapa o para la meditación.
Tan pronto como me siento y permanezco inmóvil, entonces ocurren una docena de cosas que precisan mi atención.

Sri Ma sonrió comprensivamente y dijo:
“Supón que estás de pie junto a la orilla del mar y deseas adentrarte en el agua. ¿Puedes esperar hasta que cesen las olas?”




Atravesando la Mente que se aferra - Gangaji



Es la gran broma cósmica!
Lo que uno ha estado buscando desesperadamente,
con furia,  sin descanso,
siempre ha estado presente,
exactamente donde uno se encuentra.

Gangaji


Pronto me di cuenta de que muchas de las actividades de mi vida habían sido intentos estratégicos para descubrir la verdad de quién era yo. El hilo común de todo era que había seguido buscando la respuesta fuera de mí. Si podía relacionarme bien con alguien, eso significaba que era alguien "buena", que era "relacional". Si mis relaciones no iban bien, eso significaba que era alguien "mala", que "fallaba" en las relaciones. Si mis prácticas espirituales iban bien, entonces yo era un "éxito" espiritualmente, si iban mal, entonces una vez más yo era un "fracaso".

En los primeros días con él (Papaji), me mostró cómo gran parte de mi actividad mental durante el día, incluso durante una hora, giraba en torno a la búsqueda constante de un punto de referencia de quién y cómo era yo. Irónicamente, incluso cuando recibía comentarios positivos que yo era una buena persona, una persona auténtica, o una persona espiritual, me quedaba aún insatisfecha. En respuesta buscaba aún más seriamente, y desarrollaba estrategias aún más refinadas y sofisticadas.


Ahora Papaji me decía que parara todo, y me lo decía de tal manera que podía escucharlo. Experimenté la verdad que emanaba de su ser en un nivel más profundo que el que experimentaba la validez de mis estrategias y el constante seguimiento de  mis pensamientos. Por su gracia profunda, por el misterio de la gracia en sí, por fin fui capaz de relajarme y mantenerme simplemente quieta. A medida que la actividad mental comenzó a disiparse, lo que quedaba era paz profunda. Cada vez que había experimentado tal paz en el pasado, siempre había pensado que era porque alguna estrategia había funcionado. En el momento de renunciar a todas las estrategias, vi lo absurdo de pensar que cualquier cosa que haya nunca hecho pudiera revelar esta profunda paz. Me di cuenta, de hecho, que los atisbos de paz que había experimentado en el pasado solo habían surgido porque la incesante búsqueda y hábitos de adquisición habían cesado por un momento. En cualquiera de esos momentos, la felicidad indefinible e inefable del ser tiene la posibilidad de mostrarse.


Al comienzo de nuestro encuentro, Papaji había dicho: "Ya eres libre. Simplemente has venido para confirmarlo. "En aquel momento, no tenía ni idea de lo que quería decir. Sentí que no podía ser verdad. Él había entendido mi confusión y dijo: "Detente. Ve quién eres. ¿Ha estado eso alguna vez dormido? ¿Alguna vez has estado tu dormida? Si no, no necesitas preocuparte por despertar”.
Yo había pasado gran parte de mi vida yendo a lugares para adquirir algo, para obtener más conocimiento, más entendimiento, cualquier cosa que pensaba podría reparar el desgarro que sentía en mi alma. Por fin se me decía detener todos los intentos por conseguir algo. Solamente en el encuentro con Papaji fui capaz de finalmente darme cuenta de que todo lo que había estado tratando de conseguir ya era, y siempre había sido.

Durante las semanas siguientes, llegaba y simplemente me reunía con él. Dábamos paseos ocasionales juntos por la ciudad, y me deleitaba en la dicha del Ser. Al mismo tiempo, me estaba enamorando más profundamente de este gran hombre indio. Una vez, mientras estaba sentada junto a la orilla del Ganges, apareció de repente a mi lado. Yo no lo había visto venir por detrás, y me quedé sorprendida y emocionada de verlo. Pero de alguna manera él podía ver en la mirada en mis ojos que me estaba atando sentimentalmente. Nunca tuvo ningún problema para recibir cualquier efusión de amor, porque él sabía que el amor era de Sí mismo a Si mismo. Sin embargo, el apego sentimental que vio en mi rostro era algo completamente distinto. Tal vez era el comienzo de otra estrategia para tratar de mantener o sostener. Él me sonrió y dijo: "Mira hacia adentro y dime quién eres. ¿Quién eres? "Como un rayo, fui alcanzada por el reconocimiento, yo soy eso que me encanta, eso que es amor, y estoy más allá de eso. ¡Qué momento!
 

Gangaji
 
el Fin de Todas las Excusas 


La mente libre - Wang an-shih



Las nubes aparecen libremente
Y libremente se alejan.

La mente libre no debe ser 'encontrada'
Para encontrarla, primero deja de buscarla.



Iluminar tus zonas oscuras - Hua-Ching Ni



Quizás exista mucha gente que te ha causado problemas. Quizá tengas dificultades en comunicarte con algunas personas. Hay mucha gente que te hace sentir incómodo, precavido, nervioso, te provoca náuseas o deseas no verla nunca más. Todo esto resulta aceptable.

Pero ¿no serás tú quien hace que a los demás les cueste hablar contigo? ¿No serás tú quien les hace sentir incómodos? ¿No serás tú quien siempre causa problemas? ¿No serás tú quien provoca náuseas a los demás? ¿No serás tú quien hace que la gente no quiera volver a verte nunca más?

Necesitas iluminar tus zonas oscuras, si es que las tienes. Sin importarte el lugar, fluye siempre con tu energía celestial y manifiéstala como amor, ternura, deseos de ayudar y amistad, o, al menos, vive en paz.

Quizá preguntes: ¿Cómo es posible expresar la energía celestial en tiempo difíciles? No necesitas hacer nada. Puede que seas una persona corriente, normal, anodina, que no perjudique a nadie. En una situación en la que puedas ayudar, ayuda. Pero si no puedes, no te empeñes en ello. Ayúdate tú el primero, cuida primero de ti. Cuida de tu salud, de tus necesidades, pero no deprimas a la gente, ni te aproveches de ella, ni la presiones o despojes de algo para sentirte temporalmente mejor."




Infringir la verdad? Sri Swami Sivananda



¿Puede comprometerse la verdad, a veces, cuando decir una mentira es no sólo inevitable sino también indispensable? ¿Puede justificarse infringir la verdad en tal caso?


La verdad es verdad y la mentira es mentira. Están tan separadas como los extremos del diámetro de un círculo o los polos norte y sur. Aquél que quiere lograr perfección ética debe adherirse a la verdad por más crucial que sea la circunstancia, o por más tensa que sea la situación.
 
Sin importar lo inevitable e indispensable que sea, o la adquisición de fines egoístas, por más que la situación lo exija, la mentira debe ser evitada con determinación. Verdad y mentira no pueden estar conectadas. Unir a una con la otra es totalmente absurdo.

Tres caracteristicas de la existencia - Pema Chodrön



El Buda enseñó que la existencia humana tiene tres características principales: la impermanencia, la ayoidad y el sufrimiento o la insatisfacción. Según el Buda, las vidas de todos los seres están marcadas por estas tres cualidades.

Reconocer en nuestra propia experiencia que estas cualidades son reales y verdaderas nos ayuda a relajarnos porque aceptamos las cosas como son.


El zen no es ciencia, sino magia - Osho



El zen no es ciencia, sino magia. Pero no es la magia de los magos, es la magia de una manera de ver la vida.
La ciencia es intelectual. Es un esfuerzo por destruir el misterio de la vida. Aniquila la maravilla. Está contra lo milagroso. El zen está totalmente a favor de lo milagroso, de lo misterioso.

      El misterio de la vida no debe resolverse porque no puede ser resuelto. Debe ser vivido. Uno debe subirse a él, amarlo. Que la vida sea un misterio es una gran alegría. Y algo que debe celebrarse. El zen es magia. Te da la llave para abrir lo milagroso. Y lo milagroso está en ti, y la llave también está en ti.

      Cuando vas a ver a un maestro zen, él sólo te ayuda a estar silencioso, de manera que puedes hallar tu propia llave
, que llevas encima desde hace mucho tiempo. Y así hallarás tu puerta –que está ahí-, y podrás penetrar en tu santuario más íntimo.

      Y el último punto fundamental acerca del zen: el zen no es moralidad, sino estética. No impone un código moral, no te da ningún mandamiento tipo “haz esto o no hagas lo otro”. Simplemente te hace más sensible a la belleza, y esa sensibilidad se convierte en tu moral. Pero a continuación se alza más allá de ti, fuera de tu conciencia.
El zen no te proporciona ninguna conciencia, ni está contra ninguna; simplemente te proporciona “más conciencia” se torna tu conciencia.   No hay ningún Moisés que te dé mandamientos, ni viene de la Biblia, el Corán o los Vedas...no viene de fuera. Viene de tu centro más íntimo. Y cuando proviene de ahí, no es esclavitud, sino libertad. cuando proviene de ahí, no es lago que haya que cumplir como un deber, de mala gana. Disfrutas haciéndolo. Se convierte en tu amor.


Sobre la verdad - Hsin Hsin Ming




Negar la realidad de las cosas
es perder su realidad;
afirmar la vaciedad de las cosas
es perder su realidad.

Cuanto más hablas y piensas en ello,
más lejos vagas desviado de la verdad.

Deja de hablar y pensar,
y no habrá nada que no seas capaz de saber.

Retornar a la raíz es encontrar el significado,
pero perseguir las apariencias es perder el origen.

En el momento de iluminación interior
hay un ir más allá de apariencias y vaciedad.
Los cambios que ocurren en el mundo vacío
los llamamos reales sólo debido a nuestra ignorancia.

No busques la verdad;
sólo cesa de atesorar opiniones.




Los caminos del corazón - Jack Kornfield



“El despliegue del corazón humano es artero y misterioso. Desearíamos que la vía de la iluminación fuera ordenada y previsible, pero los caminos del corazón constituyen un paisaje que sólo se descubre en el viaje. No podemos capturar la libertad y situarla en el tiempo. Para el espíritu maduro, la libertad es el camino mismo. Es como un laberinto, un círculo, el abrir de una flor, pétalo a pétalo, o una espiral cada vez más honda, una danza alrededor de un punto sereno, el centro de todas las cosas.

Siempre hay ciclos cambiantes: altibajos, aperturas, cierres, despertares al amor y a la libertad, seguidos en ocasiones por nuevos y sutiles enredos.
A lo largo de esta gran espiral, regresamos al inicio, una y otra vez, pero cada vez con un corazón más pleno y más abierto”




Qué es la plena consciencia - Thây




¿Qué es la plena consciencia y qué puede aportar?

Como he dicho, la plena consciencia es la capacidad de estar ahí, en el aquí y en el ahora. Concentrad vuestra atención sobre lo que pasa y si la plena consciencia está ahí, la concentración también lo está. Si continuáis estando plenamente conscientes de cualquier cosa, entonces estaréis concentrados sobre esa cosa. Y se convierte en el objeto de vuestra concentración y si la plena consciencia y la concentración están ahí, con toda su fuerza, entonces seréis capaces de tener la visión profunda; esto significa que comenzáis a comprender en profundidad lo que pasa realmente en el aquí y en el ahora. Entonces, hay tres etapas: plena consciencia, concentración y visión profunda. Es la visión profunda la que os ayuda a comprender y os libera de vuestra percepción errónea y os permite no sufrir.



¿No podemos pensar en el pasado y hacer proyectos para el futuro?

Se dice que la plena consciencia es establecerse en el momento presente. Pero esto no significa que no tengáis el derecho de examinar el pasado, de aprender de él o de hacer planes para el futuro. Si estáis bien instalados en el momento presente y si el futuro se vuelve el objeto de vuestra plena consciencia, entonces podéis mirarle profundamente y ver aquello que podéis hacer en el momento presente para que un futuro tal sea posible. Se dice que el mejor medio de cuidar del futuro es cuidar del presente, pues el futuro está compuesto de una sola sustancia llamada el presente.

Poner mucho cuidado en realizar lo que podéis hacer en el momento presente es lo único que podéis hacer a fin de asegurar un buen futuro. Como escritor, pongo toda mi plena consciencia en el acto de escribir y de componer. Sois conscientes de vuestra escritura. Podéis ver cuál será el efecto de vuestra escritura sobre tal o cuál persona. Incluso cuando llevo el pasado al momento presente y lo hago objeto de mi plena consciencia, el pasado se revela y me enseña mucho. Cuando estaba en el pasado, no podía ver tan claro como ahora. Porque he practicado la plena consciencia y tengo nuevos ojos, he descubierto muchas cosas que no había percibido cuando estaba en mi pasado.



Verdad y amor - Taisen Deshimaru



La dimensión última que se encuentra en lo más profundo del ser humano,
la dimensión suprema de la vida,
es conciencia y amor universal.
La una no puede existir sin el otro.
Verdad y amor son una sola y misma cosa. 



El zen no tiene teoría - Osho




El zen no tiene teoría. Es un enfoque no teórico de la realidad. No tiene doctrina ni dogma, de ahí que carezca de iglesia, de sacerdotes, de papa.


La teoría está muy limitada; el zen es una experiencia ilimitada. El zen es más parecido al amor, no puedes definirlo. El zen es muy terrenal.

Si hablas con gente zen china y japonesa acerca de las grandes escrituras budistas, dirán: “Quémalas de inmediato. Todas las teorías abstractas no son más que tonterías. Apartan al hombre de la realidad”.

Para mí, el zen es una de las mayores síntesis que se han dado, un fenómeno trascendental. La primera cosa al respecto es que es existencial, no teórico. No dice nada acerca de la verdad, sino que te ofrece la verdad tal cual es. Sólo te despierta. Te sacude para despertarte, te grita para despertarte, pero no te ofrece teorías, ni doctrinas, ni escrituras, la única religión capaz de destruir todos los ídolos, y también todos los ideales.
El zen carece de teoría. Eso es algo único del zen.

“Pero ¿no es natural que un estudiante zen hable del zen?”, preguntó el estudiante, perplejo.
     
... Primero es que en el zen no hay teoría; segundo, que no puede haber nadie que se denomine un “estudiante” zen. No es posible.  Un estudiante busca teoría. Un estudiante quiere ser sabedor. Un estudiante acude a una serpiente, no a un maestro. Un estudiante acude a un profesor. Un estudiante va al colegio, a la universidad, a un instituto.
El zen no tiene estudiantes. El zen carece de teorías, y por lo tanto, no puede tener estudiantes, ni profesores. Sí, cuenta con maestros y discípulos. Un maestro no es un profesor, recuérdalo. El trabajo de un maestro es exactamente el contrario que el del profesor. El profesor te enseña, el profesor te hace aprender muchas cosas. El maestro te ayuda a desaprender. El maestro es el antídoto del profesor. En el diccionario hallarás que quiere decir lo mismo, pero recuerda que, al menos en el mundo del zen, no son lo mismo.
   
El discípulo no anhela conocimiento; quiere ver, no saber. Quiere ser. Ha dejado de estar interesado en acumular conocimiento, y lo que quiere es tener más ser. Su dirección es completamente distinta.  Si para tener más debe deshacerse de todo su conocimiento, está listo.  Está preparado para sacrificarlo todo.
En el interior de un discípulo, la memoria empieza a desaparecer poco a poco.
Ha dejado de cargar con el peso del pasado. Sólo sabe lo esencial. Su conocimiento es utilitario. Pero su consciencia empieza a crecer. Su energía se traslada de la memoria a la consciencia.
No quiere seguir padeciendo ningún tipo de cautiverio; lo que uno quiere es ser libre, totalmente libre. Esa rebelión, esa necesidad de libertad total, es mumuksha. En Occidente, no hay palabras para traducirla. Podemos decir que es el deseo de pasar a ser carente de deseos; el deseo de ser tan completamente libre que ni siquiera quiere rastro de ese deseo.
   
¿Entonces para qué acudir a un maestro? ¿Qué sentido tiene acudir a un monasterio zen si no se puede hablar? Es natural.
Pero para un discípulo no lo es. Un discípulo se ha convertido en un hombre silencioso. Un discípulo sabe que estar en silencio es natural. Escuchar al maestro en silencio. De hecho, no se trata de escuchar demasiado sus palabras, sino de escuchar su silencio, que siempre está tras las palabras. Empiezas escuchando sus palabras, pero poco a poco vas escuchando el silencio. Poco a poco, lentamente, te gradúas de las palabras y pasas al silencio.
Poco a poco, lentamente, tiene lugar un cambio, cambia la concepción global: dejas de estar interesado en lo que dice el maestro, y empiezas a ocuparte de lo que es.

El maestro no mantiene ninguna relación con el mundo; no está encantado con el lenguaje ni lo odia. No, el maestro no está en contra, simplemente es libre respecto de él.  No mantiene ninguna relación con el lenguaje, ha roto el puente. Vive sin lenguaje. Vive sin pensar. Vive en mo chao, en silencio, en un reflejo sereno. Es un espejo.

La gente zen dice que existe una constante lucha entre la cabeza y el estómago, y la cabeza gana al estómago. La cabeza es muy destructiva para el estómago. Y el estómago es la auténtica sede de tu ser. La cabeza se ha convertido en el dictador a causa del lenguaje, las palabras, las teorías, la educación, el aprendizaje y el conocimiento. La cabeza se ha convertido en tu sede. Hay que desechar esa cabeza, y al hacerlo no perderás nada. Al vivir con la cabeza sólo vives a través de palabras muertas que no pueden satisfacerte, ni liberarte. La cabeza contra el estómago.

Precisamente la otra noche estuve hablando sobre un maestro zen que solía tener dos muñecas a su lado. Eran casi iguales, pero en su interior había una diferencia. A una le pesaba demasiado la cabeza, tenía un pedazo de metal dentro. A la otra le pesaba mucho la parte de abajo. Tenía un pedazo de metal en el estómago. Y parecían iguales, incluso estaban vestidas del mismo modo.  Y siempre permanecían sentadas una junto a la otra.
Y cuando se presentaba alguien y preguntaba: “¿Qué es el zen?”, o; “¿Qué es la meditación y cómo se llega?”, lo primero que hacía el maestro era empujar una de las muñecas –la de la cabeza pesada-, que caía redonda y no podía ponerse derecha. ¿Cómo iba a poder con aquella cabeza tan pesada?   A continuación empujaba la otra muñeca, la que tenía el trasero pesado, así que tampoco es que pudiera empujarse mucho, pero saltaba hacía atrás y acababa sentada en la postura del Buda.
Y entonces el maestro decía: “Esto es zen, el estómago. Esto es Oriente, el estómago”.
  
El vientre es la fuente de tu vida. Te hallabas unido a tu madre por el ombligo; ahí es donde empezó a palpitar la vida. La cabeza es el rincón más alejado de tu existencia, el centro es el ombligo. Tu existencia, tu ser, reside ahí. puede que tu pensar esté en la cabeza, pero pensar es una especialidad. De igual manera que utilizas las manos para ciertos propósitos, las piernas para otros, los ojos para otros distintos, y las orejas y la nariz... pues también utilizas tu cabeza, tu mecanismo cerebral, para pensar.
 
Y  tú también has tenido de vez en cuando algún vislumbre acerca de que el cerebro no es la mente.
Tú y tu cerebro sois dos cosas. El cerebro es uno de tus mecanismo, como cualquier otro, esta mano es un mecanismo que yo utilizo. Mi cerebro es otro de mis mecanismos. ¿Dónde radica la sede de la mente? El zen dice que en el estómago, en el vientre, en el ombligo,
donde apareció exactamente la primera palpitación, para luego expandirse por todo el cuerpo. Regresa ahí.

El intelecto es muy, muy limitado; la intuición es infinita
. La intuición siempre proviene del vientre. Siempre que sientas que te llega una intuición –una corazonada-, lo hace a través del vientre. El vientre es el primero en quedar afectado. Cuando te enamoras no lo haces con la cabeza, por eso aquellos que tienden a hacerlo todo con la cabeza dicen que el amor es ciego. Y sucede porque no tiene nada que ver con el cerebro. Cuando te enamoras, te enamoras desde otra fuente.

Fíjate: si dices una cosa luego no puedes decir lo contrario; te lo has prohibido. Pero en la existencia, los opuestos existen juntos. La vida existe con la muerte; el amor existe con el odio; no lo niega. No es que el amor exista y entonces el odio desaparezca. ¡Existen juntos! La luz existe con la oscuridad; pero si construimos una frase, si decimos: “En la habitación había luz”, no puedes decir a continuación: “La habitación estaba a oscuras”. Ahora es imposible. Lo has confinado, has desechado la paradoja. La existencia es paradójica.
Y yo llamo zen al camino de la paradoja. La intuición es paradójica. No es lineal, es multidimensional.

La cabeza es destructiva, deséchala. Pero abandonarla no significa que no la utilices. Debes hacerlo, pero no debes ser utilizado por ella.






Crisis y miedo- Jorge García Montaño

 


Para no olvidar lo que estamos haciendo es muy importante darnos cuenta de que cada segundo del presente es lo que realmente existe. No olvidar lo que estamos haciendo equivale observar atentamente lo que está fluyendo en nuestra mente (pensamientos, imágenes, recuerdos y proyectos); lo que estamos diciendo (tanto con palabras como con gestos) y, lo que estamos haciendo con el cuerpo o con alguna herramienta (como el auto, la computadora o cualquier extensión tecnológica de nuestros sentidos).

La atención consciente, la plena vigilancia desde el momento actual, nos permite tener una mayor agilidad para detectar los problemas que se presentan en la vida cotidiana.
El concepto “problema” tiene muchos sinónimos: complejidad, accidente, dificultades, contrariedad, pero básicamente se trata de algo que no ocurre como estaba establecido. En otras palabras, es un evento que modifica un modelo habitual de comportamiento: hay problemas cuando las cosas no salen tal y como se habían previsto.


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