Puede que haya una manera de buscar algo, pero el que uno lo alcance es una cuestión de destino. Las personas ideales pueden hacer el bien, pero no necesariamente cosechan bendiciones. No quieren hacer el mal, pero no pueden necesariamente evitar dificultades.
Por ello, las personas ideales siguen adelante cuando encuentran el momento adecuado; triunfan justamente, de manera que no hay una suerte asociada con ello. Si el tiempo no es adecuado, se retiran; ceden cortésmente, y así no hay nada desafortunado en ello.
Por consiguiente, quienes no se lamentan aunque sean pobres y de humilde condición han encontrado lo que valoran.
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