Que los rayos nunca te golpeen,
que yo no sea atrapado en cepos,
que inspirados en el dharma
nos encontremos pronto nuevamente
en prosperidad y gracia.
Abajo, en el río Tsang,
nada un pez de ojos dorados,
sus encuentros y sus partidas
marcan el cambio del tiempo;
arroyo querido, sé bueno y sano, porque yo,
el pez, me voy al Ganges, por diversión.
Que los irrigadores nunca te sequen,
que los pescadores nunca te enreden,
que inspirados en el dharma
pronto nos encontremos nuevamente
en prosperidad y gracia.
En el jardín encantado florece la flor halo,
girando a su alrededor está la abeja persa,
sus encuentros y partidas
marcan el cambio del tiempo;
querida flor, sé buena y sana, que yo
veré florecer el Ganges, por placer.
Que el granizo no golpee sobre ti,
que los vientos no soplen arrastrándote,
que inspirados en el dharma
pronto nos encontremos nuevamente
en prosperidad y gracia.
Rodeando al yogui Milarepa
están los patronos de Nya Non,
sus encuentros y partidas
marcan el cambio del tiempo;
sean buenos y sanos, queridos patronos, pues yo
me voy a las distantes montañas, por diversión.
Que yo, el yogui, haga buenos progresos,
y ustedes, patronos, vivan largamente,
que inspirados en el dharma
pronto nos reunamos nuevamente
en prosperidad y gracia.
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