El Camino consiste en preservar lo que ya tienes, no en buscar lo que no has conseguido. Si buscas lo que no has conseguido, entonces lo que tienes está perdido; si te conformas con lo que tienes, entonces lo que quieres llegará.
El Camino dice: «En la oscuridad sigue la autoridad de la Naturaleza y comparte su misma energía; no tengas pensamientos o preocupaciones, no mantengas un excedente excesivo. No des la bienvenida a lo que llega ni te aferres a lo que se va; aunque las personas puedan ser del este, del oeste, del sur o del norte, permaneces solo en el medio.»
De esta manera evitas perder tu honradez incluso cuando estás en medio de personas no honradas; fluyes con el mundo aunque no dejes tus dominios. No planeas ser bueno y no intentas evitar la confusión.
Siguiendo el Camino de la Naturaleza, nada inicias voluntariamente y no te centras exclusivamente en ti mismo.
Fluyendo con el designio de la Naturaleza, no planificas el futuro pero no desperdicias el tiempo ni descuidas las oportunidades.
Poniendo tus esperanzas en la Naturaleza, no buscas la ganancia, pero no rechazas la buena fortuna.
Siguiendo las leyes de la Naturaleza, internamente no hay fortuna injustificada y externamente no hay calamidad injustificada, de este modo no surgen la calamidad y la fortuna. ¿Cómo puede la gente robarte?
Por ello, las palabras de la virtud esencial están en el mismo camino, las obras de la virtud esencial tienen la misma bendición. Cuando arriba y abajo tienen la misma mente, no hay desvíos, y quienes miran a cualquier otra parte están desconectados en el engaño. Ábreles un camino para ser virtuosos, y las personas se tornarán hacia la buena dirección.
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