Si sinceramente deseas practicar el dharma,
lava la mugre que cubre tu cara
y barre la inmundicia que hay en tu corazón.
La sinceridad y la honestidad son buenas,
pero mejor aún son la modestia y la humildad.
Podrás renunciar a la tacañería y la avaricia,
pero mejor aún es dar sin límite.
Es de sabios conocer estas cosas.
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