Serías mucho más feliz si renunciaras a ciertas cosas. Tal vez eso no te resulte fácil. Sin embargo te sugerimos que las entregues – friamente y al instante – empezando ahora mismo, en este momento. Entregar o renunciar es una palabra ascendente. Ponlas una junto a la otra y las personas se deprimen terriblemente: “No voy a sacrificar nada. Y sacrificar. Eso es peor que renunciar. Sacrificar significa entregar o renunciar a algo realmente bueno.”
Las cosas que pensamos que te vendría mejor sacrificar, son cosas como la avaricia, la lujuria, el dolor, los juicios, los reclamos, la mala crianza, la envidia, los celos y la venganza.
¿Pensaste que te íbamos a pedir que renunciases a las cosas buenas? La mayoría de la gente piensa que sacrificar quiere decir abandonar solamente las cosas buenas. No es así. Las cosas negativas, frías, difíciles son las que también puedes sacrificar.
Y puedes renunciar a ellas. Entregarlas a tu parte superior. Rodearlas con Luz.
Suéltalas. Ya no las necesitas. Renunciar a estas cosas te traerá regalos inconmensurables a ti y a todos aquellos que estén en contacto contigo.
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