Meditación Zen: ¡No es lo que piensas! Burai Rick Spencer



Habrían muchas razones porque personas empiezan a practicar la meditación y varios tipos o estilos de meditación para escoger.

Muchas personas piensan que la meditación les ayudará dejar sus problemas por atrás. Otras buscarían un estado de éxtasis o encantamiento. Podrían ser algunos métodos de meditación los cuales puedan cumplir estos estados por un rato. No sé de ellos.

Pasamos mucho tiempo intentando escapar las molestias y dificultades.
A veces pensamos que tenemos éxito en hacerlo, pero todavía tenemos miedo que si aflojamos, las molestias y dificultades nos van a alcanzar. Usamos el alcohol , las drogas, el sexo, la comida, la televisión, los deportes y muchas otras cosas en el intento de escapar. A veces parezca que ellas sirven suficiente que seguimos a pesar del costo. Usaríamos la meditación, pero si intentamos aprovechar la meditación para este motivo, no será mejor que las otras estrategias.

La meditación que conozco es la meditación Zen. La meditación Zen no ofrece ninguna manera de escapar de la realidad, no es para encontrar éxtasis. Sería mejor decir que la meditación Zen no ofrece nada en absoluto. A pesar de ello, a través de la práctica de la meditación Zen, algunas personas se están más cómodas con sus propias vidas, más tranquila mientras se enfrentan dificultades, y no están en condiciones de crear mas sufrimiento para ellos mismos o para los demás.

El método de Zen es precisamente el opuesto de escaparse. El método de Zen es acercarse, llegar a ser íntimo con todas las circunstancias de la vida. Aprendemos detenernos de huir y descubrimos que cuando hacemos eso nos encontramos mas al gusto y satisfechos con nuestras vidas. Esto es el punto de partida de la práctica Zen y es el punto a que nos volvemos cuando nos dejamos llevar nuestros hábitos o impulsos.

¿Como podemos comenzar con esto? Halla un momento lejos de distracción y ocupación. Siéntate en una postura que sea cómoda pero no floja, una postura digna. Deja que tu atención pasea despacio desde los pies hacia la cabeza, asegurando que el cuerpo esté estable y en equilibrio. Luego siente el movimiento en el abdomen mientras tomas y sacas aire. Ponga toda la atención en “adentro” y “afuera” hasta que ya no necesitas las palabras. Si llega un pensamiento, un sentimiento, o una sensación, darte cuenta de ello “hay un pensamiento” o “Hay una sensación de comezón en la espalda.” Reconócelo y regresa a la respiración. No trates de evitar pensamientos o sensaciones, pero no los busque tampoco. Darte cuenta de ellos si lleguen y regrese la atención al cuerpo y a las respiraciones en el momento presente. No hay nada para huir.

Busca una hora y un lugar para hacer esto con regularidad. Cada día por 10 minutos, o días alternos, o 2 veces al semana, pero busca un horario regular y síguelo por un rato. Tal vez después de un mes, puedes revisar como va y hacer cambios si quisieras. Quizás puedes hacer esto con un amigo y de vez en cuando pueden hablar el uno con el otro como sucede. Pero no compares demasiado. Es normal para las experiencias ser diferentes en tiempos diferentes o con personas diferentes. No pienses que debe de ser justo así, ni trates de hacer que sea justo así. Empieza y vea lo que sucede.

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