Hacer menos y mejor.
Tener menos y disfrutar más.
Aprender a no regirse por el número de tareas que se nos imponen o nos imponemos, sino destinarle tiempo a cada una. Para ello, es inevitable priorizar.
No es necesario ser perfecto, ya que ésto es padre de la frustracíón y de la inconformidad permanentes.
Menos es más.
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