¿Para quién puede ser útil el budismo zen?



Para el que comprende que es un Robot, un Ego condicionado y adiestrado por un aprendizaje sobrepuesto sin haber tenido participación consciente y voluntaria.

Para el que un día se pregunta ¿quién soy yo en realidad ? Y se lo pregunta ante la confusión de sus propios pensamientos sobre su conducta y la de otros.

Para el que las respuestas que dan los demás sobre el Sentido de la Vida, no son convincentes, suficientes, satisfactorias, ni tampoco se resigna a ellas.

Para el que sufriendo por todo lo dicho y mucho más se pregunta por el sentido y las causas de sus sufrimientos y quizás los de otros, así como del porqué de las repeticiones de las mismas maneras, tantas veces equivocadas.

Para el que no se adapta a un mundo que considera de locos y habiendo intentado, o no, cambiarlo, se siente impotente, sabe que es imposible, llegando a preguntarse si no será él mismo el que tiene que cambiar su Ego.

Para el que le enferman tanto las desilusiones, las frustraciones de sus deseos, las relaciones con los demás, que pretende cambiarse, vivir de otra manera, ser otro.

Para el que desde un escepticismo de años, no encuentra disciplina, religión, confesión, partido, agrupación, quehacer, afición... que le llene y satisfaga.

Para el que no es feliz y se pregunta cómo es posible si tiene éxito en general, lo tiene todo, es decir, salud, dinero y amor, como dice la canción y además prestigio, poder, belleza, don de gentes, simpatía y además cualidades... dignidad, categoría, personalidad... y más y más...

Para el que no puede detener la corriente de sus pensamientos que llegan a convertirse en algo sólido y dominante como una especie de hormiguonera que se le impone.

Para el que ya ha hecho el recorrido de las adicciones sociales : compras, internet, móvil, juego, drogas, sexo, viajes... y continúa aburriéndose.

Para el que enferma y se deprime ante las pérdidas sean de lo que sean : objetos, lugares, personas, afectos, amores, amigos...

Para el que teme perder lo que aprecia, lo que adora, lo que guarda y vive obsesionado por ello.

Para el que se siente engañado por la existencia, defraudado por todo, explotado... y siendo aún joven, considera insoportable mantener tal amargura el resto del tiempo que le quede.

Para el que dice de la vida que es una mierda, un asco, que no pidió nacer, que no merece la pena seguir luchando y desea terminar de una vez aunque no se atreva.
Nada dura, nada permanece, todo se deteriora, la vida es un soplo, atacado por la vejez, las enfermedades, los cambios, las pérdidas...

Para el que no sabe pedir ayuda o no tiene a quién ni donde, o no desea desenmascararse dolorosamente.

Para el que como el lector, tiene sus propios motivos además de alguno de estos.

Todos tenemos el mismo Ego-Robot.

No es, para satisfechos de sí mismos “encantados de haberse conocido”, seguros, autosuficientes, prepotentes, autocomplacientes (se dan permiso para todo), “sin complejos”... “sin dudas”... Son los terminados, acabados, con respuesta para casi todo.

Tampoco para los que no tienen curiosidad ni rebeldía y mantienen su ignorancia sobre el funcionamiento del mundo, de la mente propia y la ajena.   



del libro zen_ mapas de la mente
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1 comentario:

Emi dijo...

Hola, muy bueno el articulo, practico la meditación zen desde hace un tiempo.

Estoy pasando por una situación muy dolorosa que me esta poniendo realmente a prueba, la situación en cuestión es por haber terminado una relación amorosa.

El dolor por momentos se hace insoportable... Se que me va a ayudar a crecer, pero es muy dificil. Quería compartir esta situación.
Lo ideal sería no juzgarla como buena o mala, pero se me hace muy dificil.

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