No es apatía, ni indiferencia -Denkô Mesa
El deseo per se no es la raíz del sufrimiento, sino el ansia, esto es, la sensación (creencia) de que necesitas algo que te falta.
Cuando uno se permite permanecer sentado y sentirse en la totalidad de lo que es, practicándolo desde una postura estable y serena, la gran palpitación acaba por apaciguarse, por sí sola, sin la necesidad de añadir nada. Toda la oscuridad y neblina de nuestra mente ilusoria acaban por despejarse. Con ecuanimidad las situaciones tienen únicamente características, no demandas. No es apatía ni indiferencia. Se está cálidamente comprometido con el mundo de los fenómenos, pero no cargas contra él.
Si permaneces:
junto a lo agradable sin perseguirlo
junto a lo desagradable sin rehuirlo
junto a lo indiferente sin ignorarlo
habrás cortado la cadena del sufrimiento, al menos por un tiempo y eso es ya una gran bendición y libertad que merece la pena fortalecer.
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