En Paz y en Silencio usted Crece - Sri Nisargadatta Maharaj



Interlocutor: La tradición india nos dice que el Gurú es indispensable. ¿Para qué es indispensable? Una madre es indispensable para dar al niño un cuerpo. Pero ella no da el alma. Su papel es limitado. ¿Cómo es con el Gurú? ¿Es su papel limitado también?, y si es así, ¿a qué se limita? ¿O él es indispensable en general, incluso absolutamente?

Maharaj: La luz más interior, que brilla apacible y atemporalmente en el corazón, es el Gurú real. Todos los demás solo muestran el camino.


Int:
Yo no estoy interesado en el Gurú interior, solamente en el que muestra el camino. Hay gentes que creen que sin un Gurú el Yoga es inaccesible. Están siempre a la búsqueda del Gurú adecuado, cambiando uno por otro. ¿De qué valor son tales Gurús?

Mah: Son Gurús temporarios, sujetos al tiempo. Usted los encuentra en todos los pasos de la vida. Usted los necesita para adquirir un conocimiento o un oficio.

Int: Una madre es solo para una vida, comienza con el nacimiento y acaba con la muerte. Ella no es para siempre.

Mah: Similarmente, el Gurú sujeto al tiempo, no es para siempre. Cumple su cometido y deja su sitio al siguiente. Es completamente natural y no hay ninguna culpa aparejada a ello.

Int:
¿Para cada tipo de conocimiento, o habilidad, necesito un Gurú separado?

Mah: No puede haber ninguna regla en estas cuestiones, excepto la regla de que «lo exterior es transitorio, lo más interior —permanente y sin cambio» aunque siempre nuevo en apariencia y acción.

Int:
¿Cuál es la relación entre los Gurús interior y exterior?

Mah: El exterior representa al interior, el interior acepta al exterior —durante un tiempo.

Int: ¿De quién es el esfuerzo?

Mah: Del discípulo, por supuesto. El Gurú exterior da las instrucciones, el interior envía la fuerza, la aplicación alerta incumbe al discípulo. Sin voluntad, inteligencia y energía por parte del discípulo el Gurú exterior no puede hacer nada. El Gurú interior pide su oportunidad. La obcecación y las búsquedas erróneas provocan una crisis y el discípulo se despierta a su propia condición. Es sabio el que no espera un choque, que puede ser muy duro.

Int: ¿Es una amenaza?

Mah: No es una amenaza, es una advertencia. El Gurú interior no está comprometido con la no violencia. Puede ser muy violento a veces, hasta el punto de destruir la personalidad obcecada o pervertida. El sufrimiento y la muerte, tanto como la vida y la felicidad, son sus herramientas de trabajo. Es solo en la dualidad donde la no violencia deviene la ley unificante.

Int: ¿Tiene uno que tener miedo de su propio sí mismo?

Mah: No miedo, pues el sí mismo significa el bien. Pero debe tomarse seriamente. Pide atención y obediencia; cuando no es escuchado, pasa de la persuasión a la compulsión, pues aunque puede esperar, no podrá ser negado. La dificultad no se encuentra en el Gurú, interior o exterior. El Gurú está siempre a disposición. Lo que falta es el discípulo maduro. Cuando una persona no está dispuesta, ¿qué se puede hacer?

Int: ¿Dispuesta o que quiera?

Mah: Ambas cosas. Ello viene a ser lo mismo. En la India lo llamamos adhikari. Significa a la vez capaz y cualificado.

Int: ¿Puede el Gurú exterior dar la iniciación (diksha)?

Mah: Puede dar todo tipo de iniciaciones, pero la iniciación a la Realidad debe venir de adentro.

Int: ¿Quién da la iniciación última?

Mah: Se da a sí misma.

Int: Siento que estamos dando vueltas. Después de todo, yo solo conozco un único sí mismo, el sí mismo presente, el sí mismo empírico. El sí mismo interior o más alto no es más que una idea concebida para explicar y alentar. Nosotros hablamos de él como si tuviera existencia independiente. No la tiene.

Mah: Tanto el sí mismo exterior como el interior son imaginados. La obsesión de ser un «yo» necesita otra obsesión con un «súper yo» para curarse, lo mismo que uno necesita una espina para quitarse una espina, o un veneno para neutralizar a un veneno. Toda aserción hace llamada a una negación, pero esto es solo el primer paso. El siguiente es ir más allá de ambos.

Int: Yo comprendo que el Gurú exterior se necesita para llamar mi atención hacia mí mismo y para la urgente necesidad de hacer algo sobre mí mismo. También comprendo cuan inútil es cuando se llega a algún cambio profundo en mí. Pero aquí usted introduce el sadguru, el Gurú interior, sin comienzo, sin cambio, la raíz del ser, la promesa firme, la meta cierta. ¿Es un concepto o una realidad?

Mah: Él es la única realidad. Todo lo demás es una sombra, proyectada por el cuerpo-mente (deha-buddhi) sobre la faz del tiempo. Por supuesto, incluso una sombra depende de la realidad, pero en sí misma no es real.

Int
: Yo soy la única realidad que conozco. El sadguru está aquí mientras yo pienso en él. ¿Qué gano yo trasladando la realidad a él?

Mah: Su pérdida es su ganancia. Cuando la sombra se ve solo como una sombra, usted deja de seguirla. Usted se vuelve y descubre el sol, que estaba allí todo el tiempo —¡detrás de su espalda!

Int: ¿El Gurú interior también enseña?

Mah: Él da la convicción de que usted es la realidad-consciencia-amor eterna, sin cambio, dentro y más allá de todas las apariencias.

Int: Una convicción no es suficiente. Debe haber certeza.

Mah: Completamente de acuerdo. Pero en este caso la certeza toma la forma de coraje. El temor cesa absolutamente. Este estado de no temor es tan inequívocamente nuevo, y se siente no obstante como tan profundamente propio, que no puede ser negado. Es como el amor del hijo propio. ¿Quién puede dudarlo?

Int: Nosotros oímos hablar de progreso en nuestras tareas espirituales. ¿Qué tipo de progreso tiene usted en la mente?

Mah: Cuando usted vaya más allá del progreso, usted sabrá lo que es progreso.

Int: ¿Qué es lo que nos hace progresar?

Mah: El silencio es el principal factor. En paz y en silencio usted crece.

Int: La mente es tan absolutamente inquieta. ¿Cuál es la vía para aquietarla?

Mah: La confianza en el maestro. Tome mi propio caso. Mi Gurú me ordenó estar atento a la sensación de «yo soy» y no prestar atención a nada más. Yo solo obedecí. No seguí ningún curso particular de respiración o de meditación, o de estudio de las escrituras. Aconteciera lo que aconteciera, yo apartaba mi atención de ello y permanecía con la sensación de «yo soy». Puede parecer demasiado simple, incluso crudo. Mi única razón para hacerlo era que mi Gurú me dijo que lo hiciera. ¡Sin embargo funcionó! La obediencia es un poderoso disolvente de todos los deseos y temores.

Solo apártese de todo lo que ocupa la mente; haga cualquier trabajo que usted tenga que completar, pero evite las obligaciones nuevas; manténgase vacío, manténgase a disposición, no resista a lo que viene sin ser invitado.

Finalmente, usted alcanza un estado de no avidez, de no apego gozoso, de holgura y libertad interior indescriptible, y sin embargo maravillosamente real.

Int: Cuando un buscador de la verdad practica seriamente sus Yogas, ¿le guía y le ayuda su Gurú interior o le deja a sus propios recursos, a la espera del resultado?

Mah: Todo acontece por sí mismo. Ni el buscador ni el Gurú hacen nada. Las cosas acontecen como acontecen; la culpa o la alabanza vienen más tarde, después de que aparece el sentido de hacedor.

Int: ¡Cuán extraño! Ciertamente el hacedor viene antes que la obra.

Mah: Es exactamente al revés; la obra es un hecho, el hacedor un mero concepto. Su lenguaje mismo muestra que mientras la obra es cierta, el hacedor es dudoso; trasladar la responsabilidad es un juego peculiarmente humano. Considerando la inacabable lista de factores requeridos para que algo acontezca, a uno no le queda más remedio que admitir que todo es responsable de todo, por muy remoto que sea. El hacedor es un mito nacido de la ilusión del «mí mismo» y «lo mío».

Int:
¿Tan poderosa es la ilusión?

Mah:
Sin duda alguna, debido a que está basada en la realidad.

Int:
¿Qué es real en ella?

Mah: Descúbralo, discerniendo y rechazando todo lo que es irreal.

Int
: No he comprendido bien el papel del sí mismo interior en la tarea espiritual. ¿Quién hace el esfuerzo? ¿Es el sí mismo exterior, o el interior?

Mah:
Usted ha inventado las palabras como esfuerzo, sí mismo interior, sí mismo exterior, etc. y busca imponerlas sobre la realidad. Las cosas acontece que son como son, pero nosotros queremos introducirlas dentro de un marco patrón, establecido por la estructura de nuestro lenguaje. Este hábito es tan fuerte, que tendemos a negar la realidad a lo que no puede ser verbalizado. Nos negamos a ver que las palabras son meros símbolos, conectados por la convención y el hábito a experiencias repetidas.

Int:
¿Cuál es el valor de los libros espirituales?

Mah: Ayudan a disipar la ignorancia. Son útiles al comienzo, pero devienen un obstáculo al final. Uno debe saber cuando desecharlos.

Int:
¿Cuál es el lazo entre atma y sattva, entre el sí mismo y la armonía universal?

Mah: El mismo que hay entre el sol y sus rayos. La armonía y la belleza, la comprensión y la afección son todas expresiones de la realidad. Es la realidad en acción, el impacto del espíritu sobre la materia. Tamas obscurece, rajas distorsiona, sattva armoniza. Con la maduración del sattva todos los deseos y temores llegan a su fin. El ser real se refleja en la mente no distorsionada. La materia es redimida, el espíritu —revelado. Los dos se ven como uno. Son siempre uno, pero la mente imperfecta los veía como dos. La perfección de la mente es la tarea humana, pues la materia y el espíritu se encuentran en la mente.

Int: Me siento como un hombre ante una puerta. Sé que la puerta está abierta pero está guardada por los perros del deseo y del temor. ¿Qué he de hacer?

Mah: Obedezca al maestro y desafíe a los perros. Compórtese como si no estuvieran ahí. De nuevo, la obediencia es la regla de oro. La libertad se gana por la obediencia. Para escapar de la prisión uno debe obedecer incuestionablemente las instrucciones enviadas por aquellos que trabajan por la liberación de uno.

Int: Las palabras del Gurú, cuando solo se escuchan, tienen poco poder. Uno debe tener fe para obedecerlas. ¿Qué crea una tal fe?

Mah: Cuando llega el momento, llega la fe. Todo llega en su momento. El Gurú está siempre dispuesto a compartir, pero no hay ningún receptor.

Int:
Sí, Sri Ramana Maharshi solía decir: Gurús hay muchos, ¿pero dónde están los discípulos?

Mah
: Bien, en el curso del tiempo todo acontece. Todo llegará, no se perderá ni una sola alma (jiva).

Int: Yo tengo mucho miedo de emprender la comprensión intelectual para la realización. Puedo hablar de la verdad sin conocerla, y puedo conocerla sin que se diga una sola palabra.

Tengo entendido que estas conversaciones van a ser publicadas. ¿Cuál será su efecto sobre el lector?

Mah: En el lector atento y meditativo madurarán y darán flores y frutos. Las palabras basadas en la verdad, si se verifican plenamente, tienen su propio poder.

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