No persigas acciones que puedan ser repudiadas, pero no tomes a mal si las personas te repudian. Cultiva virtudes dignas de elogio, pero no esperes que las personas te elogien.
No puedes hacer que la desgracia no suceda, pero confía en ti mismo para no llamarla con señas.
No puedes hacer que suceda la fortuna, pero confía en ti mismo para no rechazarla. Cuando sucede la desgracia, puesto que no es obra tuya, no te apenes cuando estás en situaciones apuradas.
Cuando llega la fortuna, puesto que no es un logro tuyo, no te enorgullezcas en medio del éxito.
De esta manera vives tranquilamente y disfrutas del no esfuerzo, pero hay orden.
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