Buscar un culpable - Kathleen McDonald

 

Plantéate lo que sucede cuando lavamos la ropa. Al ponerla en remojo desprende una determinada cantidad de suciedad. A medida que vas fregándola, el agua se pone más y más sucia. Sería una tontería echarle la culpa de la suciedad al jabón, al agua y al acto de frotar.
El proceso de lavado revela, simplemente, lo que ya está ahí y es el método correcto para eliminar por completo la suciedad.

De modo similar, la meditación es la forma de purificar la mente de lo que ya está allí: al principio descubrimos las grandes negatividades, luego las más sutiles. Ten paciencia y no te preocupes.

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