¿Hay delitos que son imperdonables? Burai Rick Spencer



Yo diría que perdonar es algo que puede hacer una persona que ha estado lastimada u ofendida. Ante todo, al perdonar se trata de dejar el enojo, el resentimiento e inculpación que siente una persona.

No tiene nada que ver con convertir un mal en un bien. Perdonar no cambia lo que sucedió, y no nos pide creer que el ofensor no volverá a ofender de nuevo. Puedes perdonar a tu pareja alcohólica sin tener que confiar en ella cuando tenga una botella en la mano. Pero tu falta de confianza no necesita estar llena del enojo y el resentimiento. El enojo y el resentimiento lastiman solamente a la persona que los siente, y esa persona ya ha sufrido bastante.

Cuando alguien pide perdón, confiesa que ha perjudicado a alguien. ¿Es eso suficiente para perdonarlo?


Simon Wiesenthal fue un sobreviviente del holocausto. Mientras era un recluso en un campo de concentración, fue enviado al lecho de muerte de uno de los guardias del campo. El guardia confesó a Wiesenthal como había participado en el asesinato de 300 hombres, mujeres y niños. Expresó su remordimiento y pidió perdón a Wiesenthal quien se quedó con él y escuchó su confesión. Luego salió sin perdonarle. Este incidente perturbaba a Wiesenthal. Preguntó a otros presos, "¿Qué hubieras hecho tú?" Años después escribió un libro llamado "El girasol: Sobre las posibilidades y los limites del Perdón." Contiene las respuestas de muchas personas prominentes en torno a esa misma pregunta: "¿Qué hubieras hecho tú?"

Hoy quiero preguntarles, "¿Cuáles son las cosas que podrían ser perdonadas?" ¿Hay delitos que son imperdonables?

Aquí es una historia del Buda que se encuentra en el Canon Pali. Se llama, "Sobre Angulimala." Angulimala era un bandolero y asesino; casi todo el mundo le tenía miedo. En el idioma Pali, "mala" quiere decir collar, como el rosario budista. "Anguli" es la palabra para "dedo." Este bandolero se llamaba Angulimala porque se ponía un collar hecho de los huesos de los dedos de sus víctimas.
En esta traducción se le llama al Buda como "el Bienaventurado." Aquí la tenemos:

Un día, por la mañana temprano, el Bienaventurado se vistió y, tomando su cuenco y su manto, fue a Savatthi en busca de comida donada. Habiendo caminado por Savatthi recolectando comida, tras volver de la colecta de ofrendas, después de comer, habiendo ordenado su aposento, tomó el cuenco y el manto, y se dirigió hacia la carretera por la que merodeaba el bandolero Angulimala. Los ganaderos, pastores y campesinos que pasaban a toda prisa, al ver que el Bienaventurado se dirigió hacia la carretera por que merodeaba el bandolero Angulimala, le decían:
"No vayas por este camino, asceta, por él merodea el bandolero llamado Angulimala, un asesino sanguinario dado a la agresión y a la violencia, despiadado con todo ser viviente. Con sus fechorías ha devastado pueblos, ciudades y comarcas. Habiendo matado a muchas personas, lleva un collar hecho con los dedos de sus victimas. Asceta, por este camino van grupos de diez, veinte, treinta y cuarenta personas, y, aun así, caen en manos del bandolero Angulimala".
Por más que le decían, el Bienaventurado permanecía en silencio y seguía camino.
Por segunda vez,... [No vayas por este camino, asceta]...Por tercera vez ...[por él merodea el bandolero llamado Angulimala]... Pero por más que le decían, el Bienaventurado permanecía en silencio y seguía su camino.
El bandolero Angulimala vio venir de lejos el Bienaventurado y, habiéndolo visto pensó: "En verdad que es increíble, en verdad que es extraordinario! Se sabe que por este camino, aunque vengan en grupos de diez, veinte, treinta o cuarenta personas, igualmente caen en mis manos; pero aquí llega un solo asceta, sin compañía, como traído por el destino. ¿Y si le quitara la vida a este asceta?"
Entonces, el bandolero Angulimala, habiendo tomado la espada y el escudo, el arco y las flechas, se puso a seguir de cerca al Bienaventurado. Entonces el Bienaventurado recurrió a una de sus facultades paranormales y he aquí que el bandolero Angulimala, por más veloz que caminase, no conseguía alcanzar al Bienaventurado, quien continuaba caminando normalmente. Entonces el bandolero Angulimala pensó: "En verdad que es increíble, en verdad que es extraordinario,. Antes podía alcanzar y atrapar a un elefante... a un caballo... a un carruaje... a un ciervo, pero ahora, por más veloz que camine, no consigo alcanzar a este asceta, quien continúa caminando normalmente".
Entonces se detuvo y dijo al Bienaventurado:
"Párate, asceta, párate, asceta."
"Parado estoy, Angulimala, párate tu también."
Entonces Angulimala pensó: "Estos ascetas, hijos de los Sakyas, dicen la verdad, se ajustan a la verdad. Pero este asceta, aunque sigue caminando, me dice: 'Parado estoy, Angulimala, párate tu también'. ¿Y si le preguntara a este asceta?"
Entonces el bandolero Angulimala habló al Bienaventurado en verso:
Mientras tú caminas, asceta,
me dices que ya has parado,
y estando yo parado,
me dices que no lo estoy.
"Te pregunto por el significado, asceta ¿por que tú estás parado y yo no?"
"Parado estoy, Angulimala, por haber abandonado la violencia hacia todos y cada uno de los seres vivientes.
Pero tú no respetas a los seres que respiran, por eso yo estoy parado y tú no."
"¡Al fin! Un gran sabio y honorable asceta viene al gran bosque por mí. Habiendo escuchado su verso sobre la Enseñanza, en verdad que renunciaré al mal."
Tras haber dicho esto, el bandolero tomó su espada y sus armas, y las arrojó al fondo de un barranco.
Luego, el bandolero se postró a los pies de Bien Encaminado y le pidió dar el paso.
Entonces, el Buda, el gran sabio compasivo, el maestro del mundo con sus dioses, le dijo así "Ven monje". De ese modo llegó a ser monje.
Más tarde mientras el rey Pasenadi estaba persiguiendo al bandolero Angulimala con un ejercito de 500 jinetes, vino a ver el Buda y le dijo,
...venerable señor, ... hay un bandolero en mi reino, se llama Angulimala... [un asesino sanguinario dado a la agresión y a la violencia]... Venerable señor, no conseguiré librarme de él."
"Y si vieras, gran rey, que Angulimala, habiéndose cortado pelo y barba, habiéndose puesto el habito anaranjado, ha dado el paso de la vida del hogar a la vida sin hogar, y se abstiene de matar a seres vivientes, se abstiene de tomar lo que no le es dado, se abstiene de mentir, come una sola vez al día, es casto, virtuoso y benigno, ¿qué le harías?"
"Le ofreceríamos nuestros respetos, venerable señor, nos levantaríamos, le cederíamos el asiento y le pediríamos que aceptara hábitos, comida donada, alojamiento, medicamentos, le daríamos resguardo, protección y defensa. Pero, venerable señor, ¿cómo puede alguien inmoral y malvado llegar a ser tan virtuoso y tener tanto dominio de sí mismo?"
En aquel momento, el venerable Angulimala estaba sentado no muy lejos del Bienaventurado. Entonces, el Bienaventurado, habiendo extendido el brazo derecho, dijo al rey Pasenadi de Kosala: "Este, gran rey, es Angulimala."
Entonces el rey Pasenadi de Kosala se atemorizó, quedando paralizado de miedo y con los pelos de punta. Entonces el Bienaventurado, viendo el temor, el pánico y los cabellos erizados del rey Pasenadi de Kosala, le dijo: "No temas, gran rey, no temas, gran rey; no hay nada que temer de él."
Entonces, el rey Pasenadi de Kosala dejó de estar atemorizado, paralizado de miedo y con los pelos de punta. Se dirigió adonde estaba el venerable Angulimala, se acercó y le dijo: "Venerable señor, ¿de verdad es su excelencia Angulimala?"
"Así es, gran rey."
"¿A qué clan pertenece el padre de su excelencia? ¿A qué clan pertenece su madre?"
"Mi padre es Gagga, gran rey. Mi madre, Mantani."
"Larga vida a su excelencia, hijo de Gagga y Mantani. Yo procuraré a su excelencia, hijo de Gagga y Mantani, hábitos, comida donada, alojamiento y medicinas."
Luego, el rey Pasenadi de Kosala volvió adonde estaba el Bienaventurado, ...[y] dijo al Bienaventurado así:
"Es increíble, venerable señor; es extraordinario, venerable señor, el modo en que el Bienaventurado adiestra a los que están por adiestrar, pacifica a los que no tienen paz y lleva al Nibbana definitivo a los que aún no lo han logrado.
Venerable señor, nosotros no lo habríamos domado ni con palo ni espada, pero el Bienaventurado, sin palo ni espada, lo ha domado.
El sutra sigue:
Entonces, por la mañana temprano, el venerable Angulimala se vistió y, tomando su cuenco y su manto, entró en Savatthi en busca de comida donada. Mientras recorría Savatthi en busca de comida, vio a una mujer dando a luz a un niño mal colocado y deforme. Al verla, pensó: "¡Cuánto sufren los seres! ¡En verdad!"
Entonces, habiendo regresado de la colecta de comida en Savatthi, después de comer, el venerable Angulimala fue adonde estaba el Bienaventurado, se le acercó, le ofreció sus respetos y se sentó a un lado. Una vez sentado, el venerable Angulimala dijo al Bienaventurado: "He aquí, venerable señor, que por la mañana temprano... [se repite la narración anterior]... Al verla, pensé: '¡Cuánto sufren los seres! ¡En verdad, cuánto sufren!'"
"Anda, Angulimala, ve a Savatthi, acércate a esa mujer y dile: 'Yo, hermana, desde que nací, no recuerdo haber quitado la vida intencionadamente a ningún ser viviente. En virtud de esta verdad, que te mejores tú y se mejore tu higo.'"
"Venerable señor, ¿no será eso mentir deliberadamente? Porque, venerable señor, yo he quitado la vida a muchos seres vivientes intencionadamente."
"En ese caso, anda, Angulimala, ve a Savatthi, acércate a esa mujer y dile: 'Yo. Hermana, desde que nací de Noble nacimiento, no recuerdo haber quitado la vida intencionadamente a ningún ser viviente. En virtud de esta verdad, que te mejores tú y se mejore tu hijo.'"
"Sí venerable señor."
Y tras responder al Bienaventurado, el venerable Angulimala fue a Savatthi, se acercó a aquella mujer y le dijo: "Yo, hermana, desde que nací de Noble nacimiento, no recuerdo haber quitado la vida intencionadamente a ningún ser viviente. En virtud de esta verdad, que te mejores tú y se mejore tu hijo."
Acto seguido, la mujer y el hijo se pusieron bien.
[otra] mañana, el venerable Angulimala se vistió y, tomando su cuenco y su manto, entró en Savatthi en busca de comida donada.
En aquella ocasión, alguien arrojó una piedra que dio en el cuerpo del venerable Angulimala, otro le arrojó un palo que también le dio en el cuerpo, y otro le arrojó unos guijarros que igualmente dieron en el blanco. Entonces, el venerable Angulimala, con la cabeza abierta y chorreando sangre, el cuenco destrozado y el manto hecho trizas, fue adonde estaba el Bienaventurado. El Bienaventurado vio venir de lejos al venerable Angulimala y le dijo: "Acéptalo brahmín, acéptalo brahmín. Estás experimentando en este mismo mundo el resultado de tus acciones, brahmín. De otro modo, el resultado de tus acciones te habría ido viniendo en los infiernos durante muchos años, durante muchos cientos de años, durante muchos miles de años."

Quiero destacar algunos puntos de la historia.
  • El Buda, convencido de la sinceridad de Angulimala, le aceptó a pesar de su pasado. Nosotros que no tenemos la sabiduría de un Buda, tomaríamos más tiempo para aceptar su sinceridad. No debemos fingir que acepta- mos algo. Hemos de ser honestos con nosotros mismos y con los demás. Y no hay nada malo en esto. Aún el rey solo le aceptó después de la recomen-dación del Buda. 
 
  • El rey le dio un perdón legal, eso quiere decir que él no castigó a Anguli-  mala, pero ni el Buda ni el rey pudieron quitarle la responsabilidad ni las consecuencias de su pasado.
 
  • Después de su conversión, Angulimala vio sufrimiento y sintió compasión, quizás por primera vez en su vida. Pienso que como asesino, no era capaz de sentir compasión, o no se permitía sentirla.
 
  • El Buda le ayudó a comprender que había renacido.
 
  • Pero aún así, no pudo escapar los resultados de sus delitos anterio- res. Él tenía que aceptar eso, pero como un arhat, rechazó seguir en el ciclo del enojo y de la venganza. El Buda le ayudó a ver y aceptar esto, no le quitó su culpabilidad ni su responsabilidad.
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