Mah: Yo me conozco a mí mismo
como yo soy —atemporal, aespacial, acausal. A usted le acontece que
no sabe —pues usted está absorbido en otras cosas.
Int: ¿Por qué estoy tan
absorbido?
Mah: Debido a que usted está
interesado.
Int: ¿Qué me hace interesado?
Mah: El temor del dolor, el
deseo del placer. Lo agradable es el final del dolor y lo penoso el
fin del placer. Ambos rotan en sucesión inacabable. Investigue el
círculo vicioso hasta que se encuentre a usted mismo más allá de
él.
Int: ¿No necesito su gracia
para que me lleve más allá?
Mah: La gracia de su Realidad
Interior está atemporalmente con usted. Su misma petición de gracia
es un signo de ello. No se preocupe por mi gracia, pero haga lo que
se le dice. La prueba de la seriedad es el hacer, no la espera de
la
gracia.
Int: ¿Sobre qué tengo que ser
serio?
Mah: Investigue asiduamente
todo
lo que se cruza en su campo de atención. Con la práctica el campo
se expandirá y la investigación se profundizará, hasta que devenga
espontánea e ilimitada.
Int: ¿No está usted haciendo
de la realización el resultado de la práctica? La práctica opera
dentro de las limitaciones de la existencia física. ¿Cómo puede
dar nacimiento a lo ilimitado?
Mah: Por supuesto, no puede
haber ninguna conexión causal entre la práctica y la sabiduría.
Pero los obstáculos a la sabiduría son profundamente afectados por
la práctica.
Int: ¿Cuáles son los
obstáculos?
Mah: Las ideas y los deseos
erróneos que conducen a las acciones erróneas, causan disipación y
debilidad de mente y de cuerpo. El descubrimiento y el abandono de lo
falso, suprime lo que impide que lo real entre en la mente.
Int: Yo puedo distinguir dos
estados de mente: «yo soy» y «el mundo es»; surgen y se sumergen
juntos. Las gentes dicen: «yo soy, debido a que el mundo es». Usted
parece decir: «El mundo es, debido a que “yo soy”». ¿Cuál es
el verdadero?
Mah: Ninguno de ambos. Los dos
son uno y el mismo estado, en el espacio y el tiempo. Más allá, hay
lo atemporal.
Int: ¿Cuál es la conexión
entre el tiempo y lo atemporal?
Mah: Lo atemporal conoce el
tiempo, el tiempo no conoce lo atemporal. Toda consciencia está en
el tiempo y para ella lo atemporal aparece no consciente. Sin embargo
es lo que hace la consciencia posible. La luz brilla en la
obscuridad. En la luz la obscuridad no es visible. O bien, usted
puede ponerlo al revés —en el océano sin límites de la luz
aparecen las nubes de la consciencia— obscuras y limitadas,
perceptibles por contraste. Éstos son meros intentos de expresar en
palabras algo muy simple, y sin embargo enteramente inexpresable.
Int: Las palabras deben servir
como un puente para cruzar.
Mah: Las palabras se refieren a
un estado de la mente, no a la realidad. El río, las dos orillas, el
puente a través —todos éstos están en la mente. Las palabras
solo no pueden llevarle a usted más allá de la mente. Debe haber el
inmenso anhelo de la verdad, o la fe absoluta en el Gurú. Créame,
no hay ninguna meta ni ninguna vía para alcanzarla. Usted es la vía
y la meta, no hay nada más que alcanzar excepto usted mismo.
Todo lo
que usted necesita es comprender y la comprensión es el
florecimiento de la mente. El árbol es perenne, pero la floración y
la fructificación vienen en su estación. La estaciones cambian,
pero no el árbol. Usted es el árbol. Usted ha producido
innumerables ramas y hojas en el pasado y usted puede producirlas
también en el futuro —sin embargo usted permanece. Usted debe
conocer no lo que fue o lo que será, sino lo que es. El suyo
es el deseo que crea el universo. Conozca el mundo como su propia
creación y sea libre.
Int: Usted dice que el mundo
es
el hijo del amor. Cuando yo sé los horrores de los que el mundo está
lleno, las guerras, los campos de concentración, las explotaciones
inhumanas, ¿cómo puedo reconocerlo como mi propia creación? Por
muy limitado que yo sea, no podría haber creado un mundo tan cruel.
Mah: Encuentre a quién aparece
este mundo cruel y usted sabrá por qué parece tan cruel. Sus
preguntas son perfectamente legítimas, pero no pueden responderse a
menos de que usted sepa de quién es el mundo. Para descubrir el
significado de una cosa usted debe preguntar a su hacedor. Y yo le
digo: usted es el hacedor del mundo en el que usted vive —solo
usted puede cambiarlo, o deshacerlo.
Int: ¿Cómo puede decir usted
que yo he hecho el mundo? Apenas lo conozco.
Mah: No hay nada en el mundo
que
usted no pueda conocer, cuando se conoce a usted mismo. Al pensar
que
usted es el cuerpo, usted conoce el mundo como una colección de
cosas materiales. Cuando usted se conoce a usted mismo como un centro
de consciencia, el mundo aparece como el océano de la mente. Cuando
usted se conoce a usted mismo como usted es en realidad, usted conoce
el mundo como usted mismo.
Int: Todo eso suena muy bonito,
pero no responde a mi pregunta. ¿Por qué hay tanto sufrimiento en
el mundo?
Mah: Si usted se
mantiene
aparte, solo como observador, usted no sufrirá. Usted verá el mundo
como un espectáculo, un espectáculo muy entretenido ciertamente.
Int: ¡Oh, no! Yo no aceptaré
esta teoría de lila. El sufrimiento es demasiado agudo y
omnipenetrante. ¡Qué perversión —entretenerme en el espectáculo
del sufrimiento! ¡Que Dios tan cruel está usted ofreciéndome!
Mah: La causa del sufrimiento
está en la identificación del perceptor con lo percibido. De ella
nace el deseo y con el deseo la acción ciega, de resultados
imprevisibles. Mire usted alrededor y verá —el sufrimiento es una
cosa hecha por el hombre.
Int: Si un hombre creara solo su
propia aflicción, yo estaría de acuerdo con usted. Pero en su
locura hace que otros sufran. Uno que sueña tiene su propia
pesadilla privada y nadie sufre excepto él mismo. ¿Pero qué tipo
de sueño es el que arruina las vidas de otros?
Mah: Las descripciones son
múltiples y contradictorias. La realidad es simple —todo es uno,
la armonía es la ley eterna, nadie obliga a sufrir. Es solo cuando
usted intenta describir y explicar, cuando las palabras le faltan.
Int: Recuerdo que Gandhiji me
decía una vez que el Sí mismo no está sujeto a la ley de la no
violencia (ahimsa). El Sí mismo tiene la libertad de imponer
el sufrimiento a sus expresiones a fin de enderezarlas.
Mah: En el nivel de la dualidad
puede ser así, pero en la realidad solo hay la fuente, obscura en sí
misma, que hace que todo brille. Ella misma no percibida, causa la
percepción. Ella misma no pensable, causa el pensamiento. Ella misma
no ser, da nacimiento al ser. Ella es el trasfondo inmutable del
movimiento. Una vez que usted está ahí usted está en casa por
todas partes.
Int: Si yo soy eso, ¿entonces
qué me hizo nacer?
Mah: La memoria de los deseos
pasados no cumplidos absorbe energía, que se manifiesta a sí misma
como una persona. Cuando su carga se agota, la persona muere. Los
deseos no cumplidos son trasladados al siguiente nacimiento. La
identificación de sí mismo con el cuerpo crea siempre deseos nuevos
y no hay ningún fin para ellos, a menos que este mecanismo de
esclavitud se vea claramente. Es la claridad la que libera, pues
usted no puede abandonar el deseo, a menos que sus causas y efectos
se vean claramente. Yo no digo que renazca la misma persona. La
persona muere, y muere de una vez por todas. Pero sus recuerdos,
sus
deseos y temores permanecen. Éstos aportan la energía para una
nueva persona. Lo real no toma ninguna parte en ello, pero lo hace
posible dándole la luz.
Y mientras uno es consciente, habrá dolor y placer. Usted no puede luchar contra el dolor y el placer en el nivel de la consciencia. Para ir más allá de ellos, usted debe ir más allá de la consciencia, lo cual solo es posible cuando usted mira a la consciencia como algo que le acontece a usted y que no es de usted, como algo externo, ajeno, sobreimpuesto. Entonces, repentinamente, usted es libre de la consciencia, realmente solo, sin nada intruso. Y eso es su verdadero estado. La consciencia es una erupción urticante que hace que usted se arrasque. Por supuesto, usted no puede salir de la consciencia porque la idea misma de salir está en la consciencia. Pero si usted aprende a observar su consciencia como una suerte de fiebre, personal y privada, en la que usted está encerrado como un pollito en su cascarón, de esta actitud misma vendrá la crisis que romperá el cascarón.
Int: El Buddha dijo que la vida
es sufrimiento.
Mah: Debe haber querido decir
que toda consciencia es penosa, lo cual es evidente.
Int: ¿Y la muerte ofrece
liberación?
Mah: El que cree de sí mismo
que ha nacido tiene muchísimo miedo de la muerte. Por otra parte,
para el que se conoce a sí mismo verdaderamente, la muerte es un
acontecimiento feliz.
Int: La tradición Hindú dice
que el sufrimiento lo trae el destino y que el destino es merecido.
Mire las inmensas calamidades, naturales o hechas por el hombre,
inundaciones y terremotos, guerras y revoluciones. ¿Podemos
atrevernos a pensar que cada uno sufre por sus propios pecados, de
los cuales puede no tener ninguna idea? Los billones que sufren, ¿son
todos ellos criminales justamente castigados?
Mah: ¿Debe uno sufrir solo por
sus propios pecados? ¿Están realmente separados? En este vasto
océano nosotros sufrimos por los pecados de otros, y hacemos que
otros sufran por nuestros pecados. Por supuesto, la ley del
equilibrio gobierna supremamente y finalmente las cuentas cuadran.
Pero mientras la vida dura, nosotros nos afectamos profundamente
unos
a otros.
Int: Sí, como dice el poeta:
«Ningún hombre es una isla».
Mah: Detrás de toda experiencia
está el Sí mismo y su interés en la experiencia. Llámelo deseo,
llámelo amor —las palabras no importan.
Int: ¿Puedo yo desear el
sufrimiento? ¿Puedo buscar deliberadamente el dolor? ¿No soy yo
como un hombre que se ha hecho un mullida cama con la esperanza de
una buena noche de sueño y entonces es visitado por una pesadilla y
se agita y grita en su sueño? Ciertamente, no es el amor el que
produce las pesadillas.
Mah: Todo sufrimiento es
causado
por el aislamiento egoísta, por la insularidad y la codicia. Cuando
la causa del sufrimiento se ve y se suprime, el sufrimiento cesa.
Int: Yo puedo suprimir mis
causas de aflicción, pero los demás se quedarán sufriendo.
Mah: Para comprender el
sufrimiento, usted debe ir más allá del dolor y del placer. Sus
propios deseos y temores le impiden a usted comprender y con ello
ayudar a otros. En realidad no hay ningunos otros y ayudándose a
usted mismo usted ayuda a todos los demás. Si usted es serio con los
sufrimientos de la humanidad, usted debe perfeccionar el único medio
de ayuda que usted tiene —usted mismo.
Int: Usted sigue diciendo que yo
soy el creador, preservador y destructor de este mundo, omnipresente,
omnisciente, omnipotente. Cuando medito sobre lo que usted dice, me
pregunto a mí mismo: ¿cómo es que hay tanto mal en mi mundo?
Mah: No hay ningún mal, no hay
ningún sufrimiento; la dicha de vivir predomina por todas partes.
Mire como todo se aferra a la vida, cuan querida es la existencia.
Int: En la pantalla de mi mente
las imágenes se suceden unas a otras en sucesión sin fin. No hay
nada permanente en mí.
Mah: Tenga una mirada mejor
hacia usted mismo. La pantalla está aquí —no cambia. La luz
brilla constantemente. Solo la película se mueve y hace que las
imágenes aparezcan. Usted puede llamar a la película —destino
(prarabdha).
Int: ¿Qué crea el
destino?
Mah: La ignorancia es la
causa
de la inevitabilidad.
Int: ¿Ignorancia de qué?
Mah: Ignorancia de usted mismo
primeramente. También, ignorancia de la verdadera naturaleza de las
cosas, de sus causas y efectos. Usted parece dar vueltas sin
comprender y toma las apariencias por la realidad. Usted cree que
usted conoce el mundo y a usted mismo —pero es solo su ignorancia
lo que le hace decir a usted: yo sé. Comience con la admisión de
que usted no sabe y vea a partir de ahí.
No hay nada que pueda ayudar al mundo
más que el hecho de que usted ponga fin a la ignorancia. Entonces,
usted no necesita hacer nada en particular para ayudar al mundo. Su
ser mismo es una ayuda, haya acción o no acción.
Int: ¿Cómo puede conocerse la
ignorancia? Conocer la ignorancia presupone el conocimiento.
Mah: Completamente acertado. La
admisión misma: «yo soy ignorante» es el amanecer del
conocimiento. Un hombre ignorante es ignorante de su ignorancia.
Usted puede decir que la ignorancia no existe, pues en el momento en
que es vista, ya no es. Por consiguiente, usted puede llamarla
inconsciencia o ceguera. Todo lo que usted ve alrededor y dentro de
usted es que usted no sabe y no comprende, sin saber siquiera que
usted no sabe y no comprende. Saber que usted no sabe y no comprende
es verdadero conocimiento, el conocimiento de un corazón humilde.
Int: Sí, Cristo dijo:
bienaventurados los pobres de espíritu…
Mah: Póngalo como usted quiera;
el hecho es que el conocimiento es solo de la ignorancia. Usted sabe
que usted no sabe.
Int: ¿Acabará la ignorancia
alguna vez?
Mah: ¿Qué hay de malo en no
saber? Usted no necesita saber todo. Es suficiente saber lo que usted
necesita saber. El resto puede cuidar de sí mismo sin que usted sepa
cómo lo hace. Lo que es importante es que su inconsciente no trabaje
contra lo consciente, que haya integración en todos los niveles.
Saber no es tan importante.
Int: Lo que usted dice es
correcto psicológicamente. Pero cuando se trata de conocer a los
demás, de conocer el mundo, mi saber que yo no sé nada no es de
mucha ayuda.
Mah: Una vez que usted
está
interiormente integrado, el conocimiento exterior viene a usted
espontáneamente. En cada momento de su vida usted sabe lo que
necesita saber. En el océano de la mente universal está contenido
todo el conocimiento; es suyo a petición. La mayor parte de él,
usted puede no necesitar saberlo nunca —pero de todos modos es
suyo.
Como ocurre con el conocimiento, así
ocurre con el poder.
Todo lo que usted siente que necesita
hacerse, acontece infaliblemente. Sin ninguna duda, Dios atiende a
esta tarea de dirigir el universo; pero Le contenta tener alguna
ayuda. Cuando el ayudador es aegoísta e inteligente, todos los
poderes del universo están a su disposición.
Int: ¿Incluso los poderes
ciegos de la naturaleza?
Mah: No hay poderes ciegos. La
consciencia es poder. Sea consciente de lo que se necesita hacer y se
hará. Solo manténgase alerta —y en quietud. Una vez que usted
alcanza su destino y conoce su naturaleza real, su existencia deviene
una bendición para todos. Usted puede no saberlo, y el mundo puede
no saberlo, pero la ayuda irradia. Hay gentes en el mundo que hacen
mayor bien que todos los estadistas y filántropos juntos. Irradian
luz y paz sin ninguna intención o conocimiento. Cuando otros les
hablan sobre los milagros que han hecho, ellos también se llenan de
pasmo. Pero, como no toman nada como suyo propio, no se enorgullecen
ni están ávidos de reputación. Simplemente, son incapaces de
desear nada para sí mismos, ni siquiera la alegría de ayudar a
otros, pues saben que Dios es bueno y están en paz.-
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