De la misma manera que el enfado. Con el amor.
En castellano decimos "te quiero", y en ese concepto está intrínseco el apego, la propiedad. Sustituye la palabra "amor" por "dar". Cuando digas "yo te amo" piensa en "yo te doy".
Practica el dar, más que el controlar, en el amor.
Deja a un lado las expectativas y las exigencias.
Ama con libertad. A las personas, las cosas, las situaciones que más te gustan en la vida. Entrégate a la experiencia, disfrútala, pero no quieras retenerla.
El mejor antídoto del apego es el amor; y sin embargo, demasiado a menudo cometemos el error de identificarlos y nos convencemos de que cuanto más apego hay (celos, posesión, exclusividad, control, etc.) es mayor el amor. Uno de los más grandes errores.
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