Las personas de miras estrechas emprenden cosas para obtener provecho, la gente ejemplar emprende cosas basándose en la justicia. Hacer el bien no es para alcanzar reputación, sino que la reputación la sigue. La reputación no anticipa el beneficio, sino que el beneficio acude allí. Lo que se busca puede ser lo mismo, pero el fin fundamental es diferente. De este modo, sucede que la pérdida sigue a la ganancia.
Aquellos cuyas palabras no son constantemente verdaderas y cuyo comportamiento no es permanentemente apropiado son gente de miras estrechas.
Quienes son perceptivos en un solo asunto y expertos en una sola capacidad son personas fútiles. Son sabios quienes tienen todo y utilizan sus capacidades con medida.
1 comentario:
Hola,a lo largo de mi existencia he conocido personas de culto a su ego,que por esa adoracion,han perjudicado a mucha gente.
Cuando alguien de esta naturaleza alcanza un sitio de poder,¡válgame el cielo!Puede destruir a un pais,ya que toma decisiones equivocadas,porque en lugar de analizar las consecuencias y secuelas de su determinacion,con otras personas,se basa solo en su obsesion de saberlo todo.
Existe otro tipo de egoista,es el que sea pobre o rico,jamas comparte algo con nadie y se priva de cosas esenciales,solo por acaparar dinero,Ambos sujetos solo viven para si,y el resto de los mortales,estan para servirles.LITA.
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