El budismo y el sexo- Dokushô Villalba



Antes que nada me gustaría aclarar que no hablo en nombre del Budismo sino en mi propio nombre, como persona singular. Mi punto de vista no obstante está impregnado por mi propia comprensión del Budismo, en concreto, de la tradición budista zen en la que fui iniciado hace 30 años y que regularmente enseño en el templo Luz Serena.


- ¿Como aborda el budismo la sexualidad y las relaciones de pareja?


- La percepción de la sexualidad en la tradición budista varía según las escuelas, los países, las culturas y las épocas. Los budistas occidentales de este siglo XXI abordamos la sexualidad de una forma muy diferente a como pudieron hacerlo los que vivieron en India en el siglo V antes de cristo. Aún hoy día, las culturas budistas de Asia tienen una percepción diferente a la de los budistas europeos o norteamericanos.
En general, en el budismo se considera que la sexualidad es una manifestación importantísima a nivel humano de la energía vital universal. Es la fuerza capaz de unir a dos seres y de crear nueva vida. La sexualidad puede ser fuente de vida, de gozo, de comunicación, de éxtasis o… todo lo contrario: puede provocar dolor, soledad, depresión, frustración, dependiendo de la actitud interior del individuo.
Para el budismo, la sexualidad en sí no es buena ni mala, es un instinto natural que forma parte de la naturaleza humana. No obstante, el hecho de que la sexualidad sea fuente de gozo y felicidad o de dolor y pesadumbre depende finalmente del estado mental interior de individuo.La tradición budista se sitúa más allá de las actitudes extremas del hedonismo y del ascetismo. Tanto la búsqueda compulsiva del placer como el rechazo del mismo conduce a un estado extremo y antinatural.
El placer forma parte de la experiencia humana, por ello no podemos negarlo. El dolor también forma parte de la experiencia humana, por ello es inútil huir de él.
El placer sexual es sólo placer sexual: una experiencia frágil y transitoria que no puede colmar por ella misma el anhelo de felicidad y de bienestar que impulsa a los seres humanos. El budismo enseña que todas las sensaciones son transitorias e impermanentes y nos insta a buscar un estado de felicidad y de bienestar más allá de las sensaciones, sin negarlas ni rechazarlas.
La relación sexual en la pareja es sólo uno de los muchos aspectos que entran en juego en la relación. Desde el punto de vista del budismo es un error sexualizar la pareja, es decir, hacer de la sexualidad el eje central de la relación de pareja. La sexualidad juega un papel fundamental pero los seres humanos no somos exclusivamente animales sexuales. Los vínculos afectivos, la comunicación, el respeto, los proyectos de vida compartidos, la crianza y la educación de los hijos constituyen también ejes centrales sobre los que se edifica la pareja.

- Hay algún texto que lo aborde directamente, ¿cuál?
- La sexualidad nunca ha sido un tema de atención especial en las escrituras budistas. En la época y en el entorno cultural en la que las escrituras fueron codificadas la sexualidad no constituía un tabú. Es cierto que desde el principio de su formulación, los diez preceptos budistas incluyeron uno relativo a la sexualidad.
En el caso de los monjes y monjas, este precepto prescribía el celibato. En el caso de los laicos, el precepto se refería básicamente a no cometer adulterio. A parte de eso, el budismo no ha querido entrar nunca en la vida privada. Aún así, repito, dado que en el budismo no hay ni ha habido nunca ninguna autoridad tipo Papa católico ni ninguna institución tipo Vaticano, cada escuela, cada maestro aconseja según sus propios criterios tendiendo siempre presente un gran respeto por la vida privada, ya que el Budismo no es una tradición dogmática ni reguladora de la vida privada de los practicantes.

- ¿Existe un matrimonio religioso dentro del budismo?
- Existe. Cada tradición, cada escuela e incluso cada maestro sigue su propio ritual. En la tradición zen existe un hermoso ritual, con fuerte inspiración tántrica. En los últimos años he oficiado en varias ocasiones este ritual porque cada vez son más los españoles que quieren casarse por el rito budista.

- ¿Se permiten las prácticas sexuales fuera de la pareja?
- Repito que el budismo no es un religión reguladora del comportamiento cotidiano de sus seguidores, sino más bien una fuente de inspiración y una experiencia (básicamente a través de la meditación) a partir de la cual cada uno es alentado a actuar según su propia conciencia. Por ejemplo, los seguidores españoles de la tradición budista zen, cuando realizan la iniciación al camino del Buda, reciben Diez Preceptos o normas básicas de vida. El tercero de ellos nos insta a “no seguir una sexualidad errónea”, así, en general. Cuando me preguntan qué significa esto respondo que la práctica sexual no debe ser causa de dolor ni de sufrimiento para los que la practican ni para terceras o cuartas personas relacionadas con ellos. Si nuestra práctica sexual genera dolor y sufrimiento en nosotros o en otros, nuestro gozo no puede ser completo. A partir de aquí, cada uno debe actuar según su propia conciencia sabiendo que todas nuestras acciones tienen efectos en los demás y que las acciones de los demás tienen efectos en nosotros. Si la meta del practicante budista es el bien de todos los seres vivos, no puede practicar una sexualidad que sea fuente de dolor y de aflicción para sí mismo o para los demás.

- Dentro de la pareja, ¿existe algo prohibido o que se considere pecado?
- Vuelvo a repetir que el camino budista no regula la vida íntima de sus seguidores. La relación sexualidad-pecado tiene su origen en la tradición judeo-cristiana y no puede ser extrapolada universalmente. Habría que saber sin embargo, que el término “pecado” quiere decir etimológicamente en su origen griego “error en el tiro” y en la antigua Grecia se refería al arte de la arquería. Un pecado era pues un error de cálculo en el tiro. Desde este punto de vista podemos decir que ciertas actitudes con respecto al sexo son “errores de cálculo” y, por lo tanto, pecado en su sentido original. Por ejemplo, una sexualidad que genere apego, adicción, posesividad y en definitiva dolor y sufrimiento es un error de cálculo puesto que lo que se pretende con la relación sexual es alcanzar un experiencia de placer, gozo, satisfacción y bienestar.

- ¿Qué hay sobre las relaciones homosexuales?
- La tradición budista no anatemiza las relaciones homosexuales. La práctica de la homosexualidad ha sido habitual en muchos monasterios budistas a lo largo de la historia, sobre todo dado que los monjes y las monjas han tenido prohibido durante siglos el matrimonio y las relaciones heterosexuales en casi todas las tradiciones Aunque la homosexualidad en los monasterios no se aireara públicamente, las sociedades budistas de Asia han sido muy tolerantes a este respecto. Actualmente, en Estados Unidos, por ejemplo, muchos abades y abadesas de templos y monasterios budistas son abiertamente homosexuales, sin que ello asombre no escandalice a sus seguidores.

- ¿Los monjes budistas pueden casarse y tener relaciones sexuales?
- En la antigüedad, los monjes eran obligatoriamente célibes en todas las tradiciones budistas. Las escuelas budistas japonesas fueron las primeras que permitieron el matrimonio de los sacerdotes budistas, a finales del siglo XIX. Actualmente, el 99 % de los monjes o sacerdotes budistas japoneses están casados y compaginan sus deberes religiosos con su vida familiar. Sin embargo, esta situación es criticada por otras tradiciones budistas más tradicionalistas, como la Theravada , que se haya extendida por el sureste asiático y en la que los monjes siguen conservando estrictamente el celibato.
En este sentido, la tradición budista tibetana también está evolucionando rápidamente debido a que muchos de sus monjes viven o viajan a menudo a Europa y estados Unidos. En la tradición budista tibetana, los monjes pueden rescindir fácilmente su compromiso de celibato. De hecho, la mayor parte de los monjes budistas tibetanos que vienen a Occidente terminan por abandonar su condición de monje para poder casarse y continuar su práctica y enseñanza desde un estado más libre y esto me parece un buen signo.

- ¿Qué mitos sobre budismo y sexualidad habría que aclarar?
- El hecho de que el budismo no enseñe una ética intolerante ni sea una religión reguladora de la vida privada no quiere decir que sea una actitud permisiva en el sentido de que todo vale en el terreno de la práctica sexual. El budismo es un camino de despertar de la conciencia y del sentido de responsabilidad y el manejar adecuadamente esta gran fuerza que la naturaleza nos ha dado requiere integridad y responsabilidad. El camino medio es siempre aconsejable. Alejarse de las actitudes extremas del hedonismo y del ascetismo, del apego o del rechazo con respecto al placer sexual.

- ¿El budismo reconoce una energía sexual que pueda canalizarse hacia la espiritualidad, tal como ocurre con el tantra en el hinduismo?
- En el budismo se dice que la energía sexual y la energía espiritual es la misma energía. De hecho, todos los fenómenos del universo son la misma y única energía de la vida. La energía sexual puede ser refinada. El deseo que acompaña a la actividad sexual puede ser educado y dirigido hacia un estado de felicidad y de gozo mayor que el que proporciona el contacto sexual, sin negar por ello el placer propiamente sexual. En cualquier caso, sexualidad y espiritualidad no son dos conceptos antagónicos en la tradición budista, sino perfectamente compatibles. Todo depende de la actitud interior del individuo. Y a esto precisamente va dirigida la enseñanza budista: a la actitud interior con la que abordamos nuestras experiencias en la vida.

Entrevista a Dokushô Villalba para la revista QUO
 
 

1 comentario:

Santiago Sarmiento Ortiz dijo...

Gracias!!! Cada vez me convenzo de que el camino es el budismo. Ojalá algun día logre tener la disciplina suficiente para meditar, conceptualmente me parece que el mundo sería el "paraíso" si todos fuéramos budistas.

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