Aprender a tener más libertad-Thây

 

Compartiré con vosotros cómo aprender a tener más libertad por vosotros mismos.

Independientemente de cómo o de dónde estéis, si tenéis esta libertad seréis felices.

Cuando hablo de libertad, quiero decir libre de sus aflicciones, de su cólera, de su desesperanza, y es así mi práctica cotidiana.
Si tenéis la cólera en vosotros, debéis transformarla para reencontrar vuestra libertad, libertad frente a frente con la cólera.
Si tenéis la desesperanza en vosotros, reconocéis esta energía en vosotros y no os dejáis sumergir por esta desesperanza. Debéis practicar de manera de poder transformar esta energía de desesperación y reconquistar la libertad, libertad de la desesperanza.

Esta práctica de la libertad puede ser realizada en cada momento del día; cada paso que dais os ayuda a reencontrar vuestra libertad.
Cada respiración que tomáis puede ayudaros a desarrollar y a cultivar esta clase de libertad. Cuando comáis, comed como una persona libre, eso es posible.
Donde estéis cuando camináis, caminad como una persona libre, eso es posible donde estéis. Cuando respiréis, respirad como una persona libre donde estéis.

Si cultiváis vuestra libertad, desarrollaréis esta clase de personalidad que podría ayudar a aquellos que viven con vosotros. Vivís en el mismo lugar que ellos, las condiciones físicas y materiales son las mismas. Y cuando sois más libres, más sólidos y para vosotros la alegría y la felicidad son posibles, las gentes están impresionadas por vuestra forma de caminar, de sentaros, de comer. Quieren ser como vosotros, es decir, no ser más víctimas de la cólera, de la frustración y de la desesperanza porque vosotros sois vuestro propio maestro. La práctica que he adoptado en tanto que monje budista es un práctica de libertad.

Recibí un pequeño libro de mi maestro cuando era novicio. Su título es: “Entrar en la libertad, manual para un novicio”.

Cuando inspiráis, sois conscientes de vuestra inspiración. Inspiro, sé que inspiro y es posible para mí aprovechar mi inspiración. Nadie puede impedirme gozar de mi inspiración. Respiro como una persona libre. Cuando espiro sé que espiro y puedo sonreír porque para mi ser vivo, se capaz de respirar así es ya un milagro. Imaginad una persona con una crisis de asma. No puede respirar libremente. Imaginad que alguien se inclina sobre su lecho de muerte. Esta persona no puede respirar libremente y pronto no habrá más respiración en ella. Pero yo estoy vivo y puedo respirar y ser consciente de mi respiración. Sonrío a mi respiración y soy consciente de que estoy vivo.
Estar vivo es un milagro, el más grande de los milagros. Ser consciente de que se está con vida y respirando es realizar el milagro. Podéis realizar este milagro en no importa cuál momento de la jornada.

Estar consciente de que estáis viviendo y podéis dar un paso es un milagro.
Un maestro zen muy conocido del siglo XIX, Lin Chi, dijo que el milagro no era caminar sobre el agua, sino sobre la tierra. Todo el mundo camina sobre la tierra, pero están aquellos que caminan como esclavos, sin ser libres.

Ellos son aspirados por el futuro, por el pasado. No son capaces de anclarse en el momento presente, allí donde la vida está disponible. En nuestra vida, podemos estar presos por nuestras preocupaciones, nuestras desesperanzas y nuestros proyectos. Si somos prisioneros de las añoranzas del pasado o la angustia del futuro, no seremos una persona libre. Somos incapaces de anclarnos en el momento presente.




.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Laura,eres una persona polifacética y todo que haces para brindarlo es maravilloso.Si este comienzo en una muestra de lo que vendra,ya soy miembro seguro,lectora fiel desde hace mas de6 años,
Me gusto lo que he leido,anotame y felicitaciones por este nuevo comienzo.LITA.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...