Encontrando el zen -Shunryu Suzuki



Cuando tras muchos desengaños yoicos o egoístas, uno se encuentra con el Zen, no desaparecen las dificultades, o mejor, unas desaparecen y aparecen otras.

Uno puede estar harto del mundo aunque no desapegado. Por estar harto se agarra a una Práctica para él desconocida que le va a ir llevando por un Camino Desconocido, (nada tiene que perder).

Sí es Verdad que quien se ha ido Realizando en una Práctica asidua y de años, se le han ido cayendo apegos, costumbres, dificultades, trozos de ideologías...pero esto el Principiante aún no lo sabe, no lo ha experimentado o comprobado. A lo más, pude llegar a intuirlo o a creerlo, confiando mucho en el Guía porque necesita tener Fe.

El Yo no se va a diluir o debilitar o transformar de una vez sólo por comenzar, con la Práctica. Lleva mucho siendo poderoso y tiránico, y aunque Falso, está asentado sobre una base biológica, viva, y su estructuración, aunque mecánica, mejor bio-mecánica, tiene una gran fuerza repetitiva dentro de un Mundo del que es una réplica individual y a cuyos estímulos va a seguir respondiendo automáticamente.


El Principiante sin Experiencia, va a necesitar de una gran Fe o Intuición en su Verdadera Naturaleza. Una Gran Duda en su Yo racional y también de una gran Práctica. Si son pequeñas, habrá grandes dificultades.
De vez en vez aunque sólo por momentos, iniciada su Práctica-Realización, irá viendo o experimentando en el Zazen, cómo su Yo desaparece aunque vuelva a aparecer.
                                                                             
Estas experiencias de Lucidez (Iluminación) le irán confirmando cómo lo que sus instructores le han adelantado, es “Realmente” posible y verificable y que se Realiza en la Práctica, dándole ánimos y confianza para atreverse a ir renunciando al Yo-Mundo, lo que sólo irá pudiendo Realizar Practicando con máxima Continuidad.

Si la Práctica es floja o discontinua, el Yo tiene espacio y capacidad para recomponerse. No puede haber tregua con él y si la hay, se verá que su poder no sólo no merma sino que crece.

Esto puede ser desesperante, cuando el Principiante o el Practicante es de los “tibios”. Su frágil Experiencia es idéntica a su frágil entrega a la Práctica- Realización y viendo que no puede romper las cadenas dudará (desde un Yo más sutil, por la Cultura Budista adquirida) de la veracidad y fertilidad de la Práctica Realización.

Costará ayudarle a ver que no es la Práctica Zen la que falla, sino la suya el “a mi manera” y que lo que le sucede Realmente es que quiere frutos sin sembrar semillas; sigue Ilusionando, mas la Realidad no funciona así, el Zen no regala algo que el Practicante no Realiza primero con Esfuerzo y además Continuidad.
Es como aprender cualquier otro oficio o carrera, exige dedicación y Esfuerzo.

Con una Práctica Continuada, el Esfuerzo se podrá ir aflojando por implantación y fructificación de una Práctica Continuada o Justa.


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